Theresa May pasará a los libros de historia política como la primer ministro que sufrió la mayor derrota en una votación parlamentaria con su acuerdo de divorcio con la UE rechazado por 432 a 202 votos. Hasta ahora el expediente era de Ramsay MacDonald, derrotado por 166 votos en una votación parlamentaria en 1924. Ahora los parlamentarios conservadores en favor del acuerdo han sido 196, pero 118 han votado en contra, mientras que 248 diputados laboristas votaron en contra y sólo tres a favor. Los diez diputados del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, que ha estado apuntalando el gobierno de May, ya que los tories conservadores no tienen mayoría, también han votado en contra del acuerdo de divorcio. Al día siguiente, May sobrevivió a una mo-ción de no confianza del Partido Laborista por 325 a 306 (los diez diputados del DUP la apoyaron). Esto significa que nada ha cambiado fundamentalmente respecto al proceso de Brexit. La situación sigue siendo que no hay mayoría para opción alguna y que los partidos principales del Reino Unido permanecen divididos internamente sobre la cuestión Europea. También hay mucha división respecto a unas elecciones generales o un segundo referéndum y, suponiendo alguna forma de Brexit, sobre cuán estrecha debe ser la relación del Reino Unido con la UE. El caso es que rechazo del acuerdo de divorcio con la UE de May le ha enviado un aplastante mensaje respecto a que debe ir más allá del partido tory para alcanzar algún consenso sobre el Brexit, teniendo en cuenta que una facción significativa de los partidarios del Brexit duro no están dispuestos a un compromiso, hasta el punto estar dispuestos a derrotarla. Por tanto el plan de May es llegar a los diputados laboristas. Sin duda esto implica un ablandamiento del acuerdo de divorcio y la posibilidad de una relación más estrecha con la UE, incluida una unión aduanera. Además puede significar que May pida prórroga del plazo del 29 de marzo, aunque los países de la UE tienen que estar de acuerdo. Pero hay muchas cosas que pueden salir mal en el acercamiento de May al Partido Laborista. El mayor problema es el poco tiempo, de manera que un "no acuerdo" puede suceder si no se encuentra una alternativa. Además las discusiones entre los partidos del Reino Unido con los socios de la UE van a llevar un tiempo, aunque la UE haya dicho que puede estar abierta a la prórroga, si bien sólo por una razón válida. También hay que tener en cuenta la actitud de los dirigentes del Partido Laborista. La base del partido parece querer un segundo referéndum pero su líder, Jeremy Corbyn, es inflexible en su preferencia por nuevas elecciones. Esto puede terminar en un "diálogo de sordos", especialmente porque muchos en el Partido Laborista prefieren que Reino Unido siga siendo miembro pleno de la UE en lugar de terminar en una unión aduanera donde, básicamente el Reino Unido debe aceptar las normas de la UE sin poder intervenir en su formulación. Incluso otros en el partido laborista, más bien cínicamente, pueden creer que si rechazan un acuerdo de Brexit la probable vorágine económica tras un "Brexit duro" impulsaría las posibilidades del partido en unas futuras elecciones. Nuestro escenario central es que el Reino Unido termine pidiendo una prórroga más allá del 29 de marzo. De todas formas las intenciones exactas de Theresa May permanecen oscuras. Todavía parece que quiere acabar el proceso del Brexit mientras semeja más inclinada a un Brexit duro que a que Reino Unido permanezca en la UE. Pero el hecho de que su carrera política esté en ruinas puede hacer que esté más dispuesta a asumir riesgos. De momento el Partido Laborista, antes de aceptar las conversaciones, le ha pedido que manifieste que un "no acuerdo" no se contempla. Incluso con los esfuerzos de May, dada la posible complicación de las negociaciones con el Partido Laborista y el reloj en cuenta atrás, nos preocupa que pueda ocurrir un "accidente" y que el Reino Unido se quede fuera de la UE sin un acuerdo, un riesgo que no debe ser subestimado. Mientras, la libra esterlina, a pesar del fracaso de May en el Parlamento y la alta incertidumbre, se ha comportado bien. La razón principal es que May camina hacia conversaciones bipartidistas, lo que apunta a un Brexit más blando. Incluso la libra puede apreciarse a corto plazo. Sin embargo la prórroga del plazo del 29 de marzo no significa que se pueda descartar el escenario más negativo posteriormente, mientras que la prolongación de la incertidumbre puede ser negativa para la actividad empresarial. Sigue habiendo muchos resultados posibles.