El buen enero en las bolsas europeas se ha enturbiado en la última semana. En solo cinco sesiones, los índices de la región han sufrido retrocesos de entre el 2,7 y el 4,2 por ciento. Con esta caída, los selectivos europeos abren la puerta a una corrección más severa, que podría llevar a borrar las ganancias del año (5 por ciento). El motivo del retroceso está en que la renta variable se ha contagiado del descalabro de la deuda. De hecho, los bonos soberanos más seguros (norteamericano y germano entre otros) provocan pérdidas de entre el 2,3 y el 3,7 por ciento en lo que va de año. Con todo, que el susto que la bolsa ha dado en los últimos días se deba a una causa puntual y localizada permite aún confiar, con las debidas cautelas, en las perspectivas de la renta variable en 2018.