Wall Street se convulsionó tras conocerse el giro que el exconsejero de Seguridad de EEUU, Michael Flynn, puede dar a la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016. Flynn reconoce que mintió al FBI al negar sus contactos con Moscú. Además, está dispuesto a ayudar a las autoridades que instruyen la causa. La inquietud del mercado está justificada. Flynn, antes de dirigir la seguridad nacional, fue uno de los asesores más cercanos del presidente Donald Trump en su campaña. Su testimonio podría implicar directamente a Trump en la estrategia de difamación de Hillary Clinton que Rusia capitaneó. Existe así el riesgo real de que Trump se enfrente a una impugnación por haber ganado la Presidencia recurriendo al juego sucio de las noticias falsas.