La gran banca española cerró ayer su presentación de resultados del primer semestre del año y llega el momento de evaluar el comportamiento del sector financiero. Dicho balance incluye la actividad en España de los cinco grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia) y la primera conclusión que se puede obtener es positiva. Así lo refleja el incremento del beneficio del 17 por ciento, hasta 2.800 millones y la menor caída de los márgenes. Se trata de datos meritorios habida cuenta de que se producen en un entorno de tipos de interés en negativo. La capacidad de afrontar este obstáculo, logrando mayores ganancias, dice mucho de la eficiencia del sector, tras los fuertes ajustes de los últimos tiempos. El hecho de que la principal responsable del alza de los beneficios sean las mayores comisiones (crecen un 14 por ciento) también es positivo, ya que refleja que la oferta comercial de banca avanza por buen camino al colocar a los clientes productos de mayor valor añadido, como los fondos. Sin duda, la banca debe mantener esta misma senda que ya explora. Será la mejor forma de aprovechar el crecimiento económico del país para suprimir una de las mayores carencias que aún presenta el sector, el negocio crediticio. A todo ello se suman las recientes palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, que dejan entrever un adelanto al regreso de la ortodoxia de su política monetaria. Aunque el regreso del dinero a precios superiores a cero será gradual y sus efectos tardarán en notarse en los balances, es una realidad que también contribuyen a fortalecer un sector que mejora sus perspectivas de futuro. A pesar de ello, la banca aún tiene pendiente obtener las rentabilidades de la época precrisis.