La economía española superará 2016 con buena nota. El PIB subirá un 2,9 por ciento y se espera que el empleo crezca un 2,7 por ciento. Para el año que viene, los datos son menos optimistas, con una rebaja del PIB al 2,3 por ciento, y al 2,2 por ciento en las colocaciones. La ralentización es la esperada si se tiene en cuenta el escenario internacional generado por el referéndum británico (el Gobierno estima que el impacto en 2017 será de hasta 3.000 millones), y los esfuerzos necesarios para cumplir con Bruselas (el consumo público pasa de un 2,7 por ciento en 2015 al 0,9 por ciento el próximo año). Todo sería difirente si España hubiera cumplido con sus compromisos con el déficit. La ausencia total de reformas económicas acentúa la desaceleración.