La marmita en la que se están cociendo las fusiones que han hervido esta semana está claro que empezó a prepararse a fuego lento hace tiempo. Estamos desbordados por operaciones como la entrada de los Entrecanales -Acciona- en Endesa; la mejora de E.ON de su oferta por la eléctrica hasta 35 euros; la intención de ACS de provocar una fusión entre Iberdrola y Unión Fenosa; o la opa de Martinsa sobre Fadesa. Con todo esto, esta semana pasará a la historia como aquellos meses de 1999 cuando aprendimos el significado de la palabra opa aunque se camuflara con el eufemismo de fusión. Fue el año en el que se unieron Santander y Central Hispano; BBV y Argentaria; Tabacalera y Seita; Endesa y Enersis; Repsol e YPF... Pero, ¿todas estas operaciones se planifican de la noche a la mañana?Con los años hemos sabido que no. Por eso, si atamos cabos ahora, entendemos mejor los motivos por los que Florentino Pérez dejó el Real Madrid. El galáctico presidente blanco nos ha engañado a todos. Cuando ACS compró un 35 por ciento de Fenosa inmediatamente pensamos que era para dar el pase a otra eléctrica europea a un precio mayor. Pero nada más lejos. Florentino dejó la presidencia del Real Madrid para ser el Zidane capaz de mover la pelota hasta el fondo de la red, ayudado por Solbes y Sánchez Galán por las bandas, y ganar un partido que hasta ahora parecía imposible en el terreno de juego español: que dos eléctricas se fusionen y no tuviesen que vender activos. Y si Florentino ha sido el Zidane, no hay que olvidar a quienes están dando instrucciones desde la banda. Además de los Albertos -Alcocer y Cortina-, los discretos March, que tan poco ruido hacen. Tras lo visto en la última semana, se entiende mejor por qué se marcharon de Carrefour -que había sido su gran apuesta durante 27 años-. Desde enero, los March han pasado de tener el 16 por ciento a controlar más del 20 de ACS. ¿Tendrán ya casi el 25 por ciento?