Enagás, compañía transportista de gas en España, está en un sector estratégico: el de la energía. Como indica su propio presidente, Antoni Llardén, en una entrevista concedida a elEconomista, el del gas es un sector que no está ligado a la evolución de la coyuntura económica. Está más bien ligado a situaciones de demanda punta, es decir, como sistema secundario de generación eléctrica, de respuesta inmediata, cuando la demanda de energía supera la oferta. Lo cierto es que esta situación le ha ayudado a tener un balance lo suficientemente saneado como para mantener lo fundamental de su plan estratégico: seguir invirtiendo en la red, a un ritmo muy exigente además, teniendo en cuenta la actual situación. La falta de financiación por la crisis de liquidez es un obstáculo que no afecta a la compañía, ya que la fiabilidad de su negocio supone una garantía. Fruto de ello es que no busque financiación al corto plazo, sino para 2010 y 2011, y la tenga avanzada. Con todo, a nadie escapa la oportunidad que ahora se le presenta si Gas Natural se hace con Unión Fenosa y se ve obligada a llevar a cabo desinversiones: la adquisición de las plantas regasificadoras que actualmente figuran en el activo de la gasística supondría un interesante impulso a la configuración y consolidación de la actual estructura de red de Enagás. En cierto modo, todas las partes se verían beneficiadas: Gas Natural adquiere una presencia considerable en el sector de generación eléctrica; Enagás daría un paso más en la consolidación su red, pese a que estas regasificadoras no son un objetivo prioritario. En cualquier caso, la pelota se encuentra en estos momentos en el tejado de los organismos reguladores.