El mapa energético español entró ayer en ebullición. Acciona tomó posiciones este lunes para controlar Endesa, y ACS -principal accionista de Unión Fenosa- compró ayer el 10 por ciento de Iberdrola para fusionar las dos eléctricas. La fusión de Fenosa e Iberdrola no hubiera ocurrido tan rápido sin el movimiento de Acciona y sin la amenaza de opa de la italiana ENEL sobre Iberdrola en la noche del lunes. La entrada de Acciona en Endesa casi obligaba a E.ON a buscar una presa más fácil. Fusionándose, Unión Fenosa e Iberdrola estarán más defendidas de ese posible apetito de E.ON o de otras eléctricas, ya que ganarán tamaño y tendrán un buen paquete de acciones bajo control de ACS, sus socios accionistas gallegos y algunas cajas. En un mundo ideal, con un tamaño similar al de Endesa, la nueva compañía podría jugar un papel principal en el nuevo mapa europeo de la energía. Pero si algo demuestran los últimos movimientos es que nada es imposible. La Comisión Europea rechazó ayer todas y cada una de las condiciones que puso el supervisor del mercado eléctrico español -la CNE- para aprobar la opa de E.ON sobre Endesa. Eso quiere decir que hay barra libre para las empresas extranjeras en España: la francesa EDF, la italiana ENEL... Cualquiera de ellas, incluida E.ON, dispone de capital suficiente para opar a la nueva Iberosa o Fendrola. Otra cosa es que lo consigan. Parece muy difícil con los grandes bloques accionariales de capital español que aglutinan ACS y Acciona en los dos campeones nacionales eléctricos que están creando. Unión Fenosa e Iberdrola tienen negocios complementarios y el Tribunal de Defensa de la Competencia tendrá poco trabajo para proteger al consumidor. El Gobierno tendrá dos campeones nacionales. In extremis, pero lo ha conseguido.