Telefónica estudia cobrar a los clientes las llamadas de móvil hechas desde su casa a precio de teléfono fijo, es decir, más baratas. Entre el 40 y el 60 por ciento de las llamadas -según los casos- se hace ahora desde recintos cerrados. En realidad, muchas de ellas siguen diferentes rutas y usan uno o más tipos de red. La propuesta de Telefónica, que ya ofrecen otras empresas, es una muestra de que las redes, por sí mismas, están tan desarrolladas y son tan abundantes que ya han dejado de ser una prioridad, derrotadas por las verdaderas preferencias del usuario. A todos nos da lo mismo por dónde manden nuestras llamadas las operadoras de telecomunicaciones. Lo que queremos es que no nos compliquen la vida y, si es posible, que nos la faciliten ofreciéndonos en su solo paquete todo lo que necesitamos a un precio único, claro y lo más barato posible: por lo menos, teléfono fijo y móvil, televisión e internet, lo que se conoce como triple pago. De hecho, algunas operadoras ofrecen ya este paquete dejando gratis las llamadas locales e interurbanas por teléfono fijo. Ahora, deseamos elegir por qué cosas queremos pagar más y cuándo: partidos de fútbol, comercio electrónico, música y videos, juegos y concursos interactivos... En resumen, las empresas del sector ya no ganan el dinero con la red, sino con los servicios. Telefónica lo tiene claro. En 2005, sacó el 55 por ciento de sus ingresos de los productos tradicionales de voz, mientras el resto venía de la banda ancha y otros paquetes de ofertas. Pues bien, para 2009, su estructura de ingresos habrá dado un vuelco radical: el 85 por ciento vendrá del capítulo de banda ancha y otras ofertas. Todo el sector está en pleno cambio.