E l consejo de administración de Abengoa ha comunicado al Juzgado Mercantil competente para la declaración de su concurso, el número 2 de Sevilla, que ha iniciado negociaciones para alcanzar un acuerdo de refinanciación. De hecho, la compañía viene atravesando importantes problemas financieros derivados del apalancamiento de sus inversiones. Para hacer frente a dichas necesidades, la Junta General Extraordinaria de Accionistas celebrada el 10 de octubre de 2015, aprobó la propuesta de lanzar una ampliación de capital de 650 millones de euros y limitar los futuros compromisos de inversión. A partir de esa fecha, los hechos se precipitaron y el pasado 8 de noviembre comunicó a la CNMV que había firmado un acuerdo de bases con Gonvarri Corporación Financiera para la inversión en Abengoa. Con posterioridad, el 13 de noviembre, anunció los resultados del tercer trimestre de 2015, en los que dio la mala noticia de que el beneficio neto proforma excluía el impacto contable (neto de impuestos) de 198 M€ por la puesta a valor de mercado de la inversión de Abengoa en Abengoa Yield (basado en un precio de 16,55 dólares por acción a 30 de septiembre de 2015). Pues bien, el 24 de noviembre Gonvarri Corporación Financiera anunció que no formalizaría su propuesta, ya que la misma estaba condicionada a la obtención de unas líneas de liquidez por parte de las entidades financieras que estas no habían facilitado y, desde el miércoles pasado, el valor está viviendo su particular via crucis en el Ibex 35, del que ha sido expulsado, con una caída en bolsa del 72 por ciento en dos días, y el anuncio de Javier Garoz, consejero delegado de Abengoa Yield, de abandonar la empresa. Pero no todo son malas noticias, a partir de ahora tendrá la ventaja de contar con interlocutores especializados, ya que usualmente las entidades financieras designan como dialogadores a agentes habituados a gestionar dichos procedimientos (normalmente integrantes de los departamentos de concursal o recuperaciones) y los sindicatos designan también a interlocutores que conocen la situación crítica de la empresa. Con ellos, será más fácil alcanzar acuerdos ya que la situación de concurso ha dejado de ser una opción y ha pasado a ser una posibilidad si no se alcanza un acuerdo en 4 meses, siendo el escenario alternativo o bien un concurso con convenio o bien la liquidación. Es ahora cuando la Ley Concursal pondrá a prueba la multitud de reformas adoptadas desde hace menos de dos años, y en particular las introducidas por el Real Decreto-Ley 4/2014, de 7 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes en materia de refinanciación y reestructuración de deuda empresarial que se aprobó como Ley 17/2014, de 30 de septiembre. Alcanzar un acuerdo de refinanciación es deseable para todos los agentes, porque el escenario alternativo es peor. Pero es que además, si es posible alcanzar un acuerdo, será mejor suscribirlo en preconcurso que en concurso, y no hace falta indicar que en cualquier caso es mejor la continuidad que la liquidación. En efecto, la actividad de Abengoa ha continuado su curso ajena a todas estas circunstancias: el 16 de noviembre, se daba la noticia de que adjudicaban a Abengoa cuatro contratos en Chile por 167,5 millones de euros, el 17 de noviembre, que se había adjudicado la ingeniería y construcción de dos líneas de transmisión eléctrica en Argentina, y el 23 de noviembre, que se había adjudicado la ingeniería y construcción de la mayor central de ciclo combinado en Jamaica. La economía española no destaca precisamente por empresas multinacionales punteras tecnológicamente con esta expansión internacional. Por ello, es deseable que, tras las reflexiones oportunas los agentes consideren que las alternativas a un acuerdo son peores y hagan uso de las herramientas que la Ley Concursal brinda para solucionar casos como el de Abengoa.