El domingo fui un espectador más que este fin de semana se ha quedado sin palabras tras ver Alatriste. Pensaba que me enorgullecería de una superproducción sobre los Tercios españoles, aunque fuese a través de la España que se desangra en la novela de Pérez Reverte. Pero lo mejor que pude decir al salir del cine es que me había decepcionado. Me defraudó como ayer lo hizo Joaquín Rivero, presidente de Metrovacesa, cuando dijo algo a lo que todavía no doy crédito: "Véndanme las acciones a mí y mi socio Bautista Soler a 80 euros, pero no lo hagan a los Sanahuja a 78,1 euros, porque la acción vale mucho más". Está claro que los actuales responsables de Metrovacesa ofrecen más dinero que la familia Sanahuja, pero con este mensaje olvidan que los inversores particulares con paquetes pequeños pueden acudir a las dos opas y vender casi todos sus títulos. Un negocio sencillo ya que la inmobiliaria está a 76,6 euros, pese a subir ayer más del 3%.Si Rivero dice a sus accionistas que se queden con él y no le vendan sus acciones a los Sanahuja porque valen mucho más, ¿no les engaña comprándoles el 26 por ciento? ¿o piensa que Metrovacesa sin él es como Santander sin Botín? Decía Quevedo, el amigo de Alatriste, que "puede que haya puñalada sin lisonja, pero no hay lisonja sin puñalada".