El consorcio español que construye el AVE La Meca-Medina debe responder a las presiones del Gobierno saudí, que amenaza con retirar la concesión si persisten los retrasos. En las demoras no toda la responsabilidad es española, pero la decisión tomada por el grupo de empresas de nombrar un primer ejecutivo que supervise las obras es sensata. Aún más si el elegido es Santiago Ruiz, buen conocedor del mundo árabe por su experiencia trabajando para FCC en el metro de Riad. Pero más allá de la logística, el consorcio debe erradicar la discordia que reina entre OHL y Copasa. La desunión de los socios ya fue clave para perder el primer concurso del AVE en México. Hay demasiado en juego como para que se repitan esos errores en Arabia.