D urante esta semana, hemos leído decenas de artículos sobre el efecto que ha tenido en bolsa el primer caso de ébola en Europa, tras el contagio de una enfermera española. Los principales mercados se teñían de rojo, pero sobre todo el Ibex 35 y los sectores que tienen que ver con el turismo y los transportes. España es un país turístico, el segundo en número de receptor de visitantes en el mundo, y con un peso específico en el PIB que se acerca al 18 por ciento entre restauración, turismo y servicios. El miedo es libre, y los mercados, ante la confusión de esta semana respecto de la enfermedad y los posibles contagiados, también han sufrido de pánico. Entre las principales compañías afectadas, Iberia y las hoteleras. Pero el contagio es imposible de parar. Por ello, en todas las crisis, pero en especial en una crisis como la del ébola, que tiene que ver con una enfermedad contagiosa, con alta mortalidad y que crea alarma social, lo fundamental es la transparencia. Un portavoz que cada día explique la evolución de los enfermos y posibles contagiados y que transmita tranquilidad. En España, como en EEUU, el descubrimiento de un caso de ébola importado ha supuesto la revisión de todos los protocolos establecidos. Los gobiernos se han visto superados por las circunstancias. A diferencia de EEUU, en donde el Gobierno federal ha anunciado la construcción en dos meses de dos hospitales, el primero para tratar el ébola y el segundo para enseñar a los profesionales médicos a tratar a los enfermos, en España la sanidad está en manos de las CCAA. El Gobierno de Rajoy debe accionar en la misma dirección, de hecho es increíble que en España no haya un solo hospital que dependa del Ministerio de Sanidad para emergencias como ésta. Es hora de replantearse el estado autonómico y sus competencias, pues bien, la más urgente tiene que ver con la creación de hospitales estatales, que dependan directamente del Ministerio de Sanidad, en donde poder hacer frente a enfermedades raras, enfermedades contagiosas, y en los que se pueda investigar y tratar a estos pacientes. No parece razonable que cada vez que hay una crisis las autoridades locales y autonómicas se estén enfrentando en vez de poner medios para solucionarlo.