Al inicio de la legislatura decíamos en estas páginas que posiblemente no se fuera a presentar una oportunidad como la actual para reformar el sector público. La concentración de poder estatal, autonómico y municipal en manos de el PP favorecía el acuerdo para suprimir duplicidades. Ha primado el reparto de cargos y mantener el empleo de los afines antes que la visión de Estado y se ha desaprovechado una oportunidad única. Las CCAA mantienen organismos como los defensores del pueblo y los tribunales de cuentas, que son una réplica estatal con mucho menos trabajo y más gasto. El Ministerio de Hacienda ha hecho ajustes, pero no ha tenido habilidad política para promover el cambio a un sector público más eficiente y menos costoso.