La decisión de la Fed de cerrar las inyecciones de liquidez a mediados de 2014 está revolucionando los mercados. Cabe preguntarse si se está iniciando un nuevo ciclo en un año que demuestra que los giros en el universo de la inversión van mucho más acelerados de lo que se pensaba. Si a principios de 2013 se buscaba rentabilidad en los depósitos, poco después, por la limitación que impuso el Banco de España, el dinero buscó los fondos de inversión. Ahora los bonos corporativos recuperan el atractivo que habían perdido y ofrecen una rentabilidad media del 3,75 por ciento. Esta mayor rentabilidad de los bonos es una buena noticia para los inversores, pero encarece la financiación de las empresas que se mostrarán más remisas en sus emisiones.