M ientras la política transcurre por el tumulto y la economía por la perplejidad, la empresa sigue su marcha. Las firmas que españolas se internacionalizan. La balanza comercial española es positiva. Algo se mueve en el interior de su economía. Los empresarios hacen de la debilidad virtud. También los comités de empresa, que trabajan en la base sindical. Muchos acuerdos colectivos en el sector privado propician ese cambio. La empresa realiza este esfuerzo y, a la vez, se mantiene en la vanguardia social. Una de sus nuevas aportaciones es: "La empresa saludable". Compañías que apoyan a sus empleados a mantener un tono vital y corporal sano. Ayer, sin ir más lejos, en Caixa Forum, se presentó el informe del Observatorio Go-fit sobre productividad y empresa saludable. La empresa es vanguardia de la sociedad. Hace años apareció el movimiento de la seguridad e higiene en el trabajo. También la responsabilidad social corporativa. Después, la conciliación de la vida familiar, personal y profesional. Son problemas de la sociedad que la empresa va resolviendo por sus necesidades económicas y sociales, sin esperar que los Gobiernos los regulen. Y, a veces, la regulación trae más perjuicios que ventajas. El movimiento de la empresa saludable reúne tres facetas: la búsqueda del bienestar del empleado (IBM); la responsabilidad social corporativa (Johnson & Johnson); o la prevención de riesgos laborales (NASA). Un enfoque completo reúne las tres (Unión Pacific o Texas Instrument). No tardaremos mucho en que se establezcan premios a las empresas más saludables. En la empresa saludable los empleados rinden más; se equivocan menos; hay menos absentismo; se comprometen y son más productivos. El desafío trata de tres temas: entrenamiento físico con asesoramiento personalizado; orientación en el cuidado dietético; y ayuda al equilibrio mediante el buen aprovechamiento del descanso. La vieja recomendación de: mens sana in corpore sano.