La Seguridad Social cerró 2012 con un desequilibrio de más de 10.000 millones. Un buen susto para el Gobierno, que debería haberlo previsto cuando tomó la decisión de no congelar pensiones este año. El déficit, unido a un nuevo ejercicio de crecimiento del paro, obliga a tomar decisiones si no se quiere agrandar este año el agujero del sistema de pensiones. Por ello, se ha endurecido notablemente la jubilación anticipada al aumentar los requisitos de años de cotización y los coeficientes reductores para acceder a ella, bien sea de forma voluntaria o forzosa. El objetivo -ahorrar 5.000 millones hasta 2027 y prácticamente acabar con la jubilación anticipada- es coherente con el alargamiento de la vida laboral y la sostenibilidad del sistema.