Durante los últimos meses hemos vivido un rally alcista del precio del petróleo, hasta máximos desde mayo de 2012. El Brent, variedad de petróleo pesado y dulce, ideal para la producción de gasolina, que se suele refinar en países de Europa noroccidental, se ha situado recientemente por encima de 118 dólares el barril y su evolución este año depende de tres factores fundamentales: el crecimiento de la economía mundial, el aumento de la capacidad de EEUU para auto abastecerse y la evolución del dólar respecto al resto de divisas fuertes, como el euro, yen o libra esterlina. En este sentido hay previsiones, de diferentes instituciones públicas y privadas, respecto a que el crecimiento de la economía mundial se seguirá acelerando en 2013, si bien con grandes diferencias entre regiones. En concreto puede situarse en torno a 3,2 por ciento, ligeramente por encima de 2,9 por ciento en 2012. La zona de mayor crecimiento será la asiática, con China creciendo más que el año anterior, cerca del 8 por ciento. También India tendrá un crecimiento notable del 6 por ciento. Por otro lado EEUU, una vez solucionados sus problemas con el abismo fiscal y el techo de deuda público, seguirá creciendo gracias a una clara mejoría del mercado inmobiliario y el empleo. Se espera que el crecimiento de su PIB se sitúe en 2,2 por ciento durante el año, en clara fase de aceleración, con un último trimestre en probable expansión al 3,2 por ciento. Por otro parte, parece que Europa saldrá de la recesión, aunque con crecimiento ínfimo, todavía lastrado por los países periféricos y el escaso crecimiento de las principales economías, Alemania y Francia. La OPEP, con este panorama macroeconómico, espera que la demanda de petróleo se incremente en 800.000 barriles por día, hasta 89,6 millones, de los cuales casi 60 millones serán producidos por países que no pertenecen al cártel. El principal crecimiento de la demanda provendrá de China, con un aumento de 400.000 barriles por día, impulsada por el transporte y sector industrial. Además China todavía debe mejorar mucho para ser eficiente energéticamente. Por otro lado en Europa la demanda será de unos 200.000 barriles menos, debido a los recortes presupuestarios que se seguirán implementando. En lo que se refiere a EEUU el crecimiento de la demanda será ínfima, debido a que el país sigue mejorando para reducir su dependencia energética. De hecho EEUU se propuso llegar a la autosuficiencia energética hace casi cuarenta años, con motivo de la crisis del Golfo del año 1973. Su programa incluía medidas para reducir el consumo de energía en transporte, calefacción e industria, la búsqueda de tipos alternativos de energía y la mejora tecnológica en los procesos de extracción. En este sentido destacan sus avances en procesos como fracturación hidráulica (propagación de fracturas mediante un fluido presurizado en una capa de roca, para crear conductos de migración del petróleo) y perforación de pozos no verticales, que han conseguido hacer realidad millones de barriles que antes eran inaccesibles. De hecho los últimos dos años su producción de crudo se ha incrementado en un millón trescientos mil barriles y para finales de 2014 puede aumentar en un millón cuatrocientos mil adicional. Además, todo ello está siendo acompañado de una mejoría en su capacidad nacional de refino. Este camino del mayor consumidor de petróleo mundial hacia la auto-suficiencia está presionando los precios del crudo a la baja. Por último, el tercer factor que puede afectar al precio del petróleo son las divisas. En este sentido la depreciación del dólar hará que el precio del petróleo suba para compensar el efecto respecto al resto de divisas. De hecho el precio del crudo Brent, que cotiza en dólares, en términos de Euros, se ha mantenido estable o decrecido ligeramente los últimos cuatro meses. De manera que el precio medio del barril Brent durante 2013, con una economía mundial en aceleración, mayor capacidad de producción y mejora energética y un dólar débil, debe situarse entre 115 y 120 dólares. Se trata de una previsión basada en fundamentales, que no incluye posibles tensiones políticas, como otra crisis con Irán (Irán es miembro de la OPEP y de los mayores productores mundiales, proveedor principal de China e India. El estrecho de Ormuz es el mayor paso de transporte de oro negro, 17 millones de barriles al día, cerca del 20 por ciento del consumo mundial) o algún problema en África o Venezuela. Además, no es probable que el precio baje de cien a 110 dólares, ya que Arabia Saudí, el mayor productor mundial (se separó de la política de la OPEP en 2011, incrementando unilateralmente la producción de petróleo para compensar la pérdida de producción de Libia), con una producción de diez millones de barriles, ha manifestado públicamente que el precio debe estar por encima de 100 dólares el barril.