El FMI, Bruselas y el BCE consideran que las reformas exigidas por el rescate del sector financiero "van a buen ritmo", pero presionan para que al Gobierno no le tiemble el pulso al tomar decisiones por muy duras que sean. Por esta razón en su primera evaluación del programa español, el FMI advierte de que quedan todavía retos difíciles por concretar, que requieren "una acción contundente". Recomienda al Ejecutivo que "liquide los bancos no viables tan pronto como sea posible", que no vacile en el calendario de aplicación de la reforma y que desestime las fusiones que no generan valor. Muy en su estilo, el Fondo, la Comisión y el BCE pasan una mano por la espalda del Gobierno, mientras con la otra presiona para que no ceje en sus compromisos.