L a mayor aspiración del presidente de Perú, Ollanta Humala, es que los peruanos confíen en el Estado. Un Estado capaz de proveer a la población de servicios básicos y actuar rápida y eficazmente en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y la corrupción. Su idea de una gran transformación para Perú debe ser ante todo una revolución en las zonas rurales y pobres llevando electrificación, infraestructura, agua y producción. Reconoce que el mayor problema para esa reforma del Estado es la mala aplicación de la ley de descentralización debido a la deficiente relación entre los niveles central, regional, y local para la implementación de la política educativa, de salud y agrícola. ¿Cómo solucionarlo? Optimar la comunicación evitando duplicidades es clave. Se han buscado las llamadas reuniones Ejecutivo-Ejecutivo. Hasta la fecha se ha hecho con casi todos los presidentes regionales. Se pretende incluir en estas reuniones a los alcaldes provinciales y en algunos casos incluso los de los distritos. En la política exterior, Humala considera que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) tiene más dinamismo que la Organización de Estados Americanos. Sostiene que Perú puede aportar a la Unasur -cuya presidencia pro témpore ejerce-, el trabajo conjunto con el Mercosur y la Comunidad Andina. El Gobierno peruano propondrá esta coordinación a los socios de la Unasur en la próxima cumbre a celebrarse en noviembre en Lima. El mandatario señaló también que la política del gobierno busca exponer el potencial del país para recibir inversiones, productos de materias primas y turismo, participando por ello de manera activa en todas las organizaciones económicas, comerciales, regionales y mundiales. La economía peruana registra una fuerte tasa de crecimiento anual promedio de 6 por ciento y en las principales ciudades del país andino se refleja un avance en la edificación de viviendas y obras de infraestructuras. El Banco Central de Reserva comunicó que el PIB creció 6,3 por ciento entre enero y julio gracias al impulso de los sectores comercio y construcción, cuyas contribuciones sólo en el mes de julio fueron del 1,0 y 1,3 por ciento respectivamente. En el primer trimestre Perú marcó un récord de inversión privada extranjera por más de 3.400 millones de dólares. Para Humala esta histórica cifra se debe a que el país y su Gobierno están dando mensajes claros y positivos. En 2011 se superaron los 7,300 millones de dólares de inversión privada extranjera situándose en quinto lugar en Latinoamérica, por encima de Argentina y Venezuela, entre otros. La inversión pública representa el 20 por ciento del total. Los próximos 1 y 2 de octubre se celebrará en Lima la III Cumbre birregional América del Sur y Países Árabes. Según la Sociedad de Comercio Exterior del Perú, el intercambio comercial con el bloque árabe -un mercado de más de 350 millones de habitantes- superó los 250 millones de dólares en 2011. Durante la última década el país se ha convertido en una plaza atractiva para la inversión extranjera directa del mundo árabe. Es un ejemplo del potencial de la cooperación Sur-Sur. Perú empieza a ser asimismo un destino cada vez más recurrente para los profesionales españoles, si bien Argentina, Brasil y México siguen siendo los principales lugares de llegada. La minería y la construcción atraen a ingenieros y arquitectos españoles en paro (tras reventar la burbuja inmobiliaria). Perú se les presenta como un país de oportunidades debido a la demanda de grandes obras públicas de infraestructura y comunicaciones. Los pequeños y medianos empresarios españoles también buscan hacer "las Américas" como una salida a la crisis. Atraídos por el aumento del consumo interno y las facilidades que otorga el recién firmado Tratado de Libre Comercio entre Perú y la Unión Europea, quieren expandir sus negocios. Según el ICEX en Perú hay alrededor de 200 empresas inscritas hasta julio de este año. Junto a las multinacionales españolas con una presencia tradicional en Perú -relacionadas con los sectores bancario, energético y de telecomunicaciones - hay un claro auge de constructoras, atraídas por el boom de las obras públicas, y de empresas del sector servicios, debido al aumento sostenido de la demanda interna. Junto con empresarios españoles relacionados con el sector de la construcción, llegan otros en campos como el de las nuevas tecnologías. El cónsul general de España, Andrés Collado, considera que la economía española y la peruana "son complementarias". Para Collado, las necesidades de infraestructura de Perú son una oportunidad para los técnicos y profesionales españoles y, por otra parte, el mercado español es una plataforma natural en Europa para la exportación peruana.