Los cambios realizados en los requisitos que se exigen para obtener la ayuda de 400 euros cuando se ha agotado la prestación por paro parecen coherentes con la apuesta que hizo Báñez por el empleo en la reforma laboral. En algunos aspectos se endurecen los requisitos, y en otros se da un giro en las actuaciones que no han funcionado. Por ejemplo, la ayuda se redirige sólo a parados de larga duración y a la reintegración en el mercado laboral. Esto significa que al analizar los resultados del programa desde su implantación se ha visto necesario que la formación, por el perfil de los destinatarios, se centre en aprender otro oficio más que en redactar un currículo. Los cambios parecen adecuados para una ayuda cuyo fin último es dejar de ser necesaria.