La inminente -y a la vez hipotética- entrada en servicio del tren de alta velocidad AVE entre Madrid y Barcelona el 20 de febrero amenaza con hacerle la competencia al puente aéreo de las aerolíneas. Resulta lógico que SAS, consciente de la situación, trate de acelerar un proceso de venta que lleva demasiados restrasos y contratiempos. El calendario corre en su contra, sobre todo a partir de que se inaugure y se vea la cuota de mercado real que es capaz de arañar. Por tanto, ahora al potencial comprador -Iberia- puede interesarle ir más despacio y sacar un mejor precio de compra.