En su informe sobre el sector financiero en España, el FMI pide abiertamente ayudas públicas y la creación de un banco malo. El Fondo afirma que los bancos españoles pueden afrontar un deterioro de las condiciones económicas, pero advierte sobre la urgencia de sanear Bankia para preservar la estabilidad del sector. El Gobierno prevé poner en marcha el banco malo malo en cuanto concluya el proceso de fusiones antes del verano. Aún así el Ejecutivo se obstina en no usar esta denominación para evitar el rechazo social por las ayudas públicas que implica. Sin embargo, el banco malo es la solución para sanear más rápido las cuentas de las entidades, limitar los activos tóxicos y hacer fluir el crédito a familias y empresas. En esto tampoco hay que tener miedo.