La banca española ha captado 26.600 millones en pagarés en los últimos tres meses, una liquidez que alivia la presión que suponen los vencimientos que afronta en 2012 y 2013, que ascienden a 200.000 millones. Además, esa cifra satisface un tercio de la meta que se había fijado el sector. Tras la guerra del pasivo, esta vía de captación se confirma como un acertado vericueto al que se han apuntado nuestras entidades para capear una situación en la que la carestía de la financiación es la tónica y el interbancario está roto. Prueba de ello son los depósitos diarios de la banca europea en el BCE, que con 455.000 millones ayer volvieron a anotar un récord. Ante la desconfianza que padece el sector financiero europeo, el buen resultado de esta última apuesta de la banca española es tranquilizador.