Repsol confirmó ayer que sube el dividendo un 10 por ciento, lo que implica tres cosas. Una, que mantiene su atractiva política de retribución al accionista. Dos, revela la buena marcha de la petrolera, cuyos márgenes y beneficios mejoran, aupados por sus descubrimientos y el alza del petróleo. La tercera implicación concierne a Sacyr, su accionista principal y por tanto el más agraciado con la subida, que le puede reportar 141 millones y ayudarle a enjugar su carga financiera. La determinación de elevar la retribución indica que tras la salida de Luis del Rivero se ha dado carpetazo a las disensiones entre la constructora y la petrolera. Y ambas ganan. Repsol danto la talla con el dividendo y Sacyr asumiendo que hay otras vías para soltar lastre de su pasivo que apelar al dividendo como pretendía Del Rivero.