La Autoridad de Aviación Civil británica (CAA) deshojó ayer la margarita de las tarifas aeroportuarias, cuando propuso un incremento del 15,6 por ciento para las tasas del aeropuerto londinense de Heathrow y de un 8,2 por ciento para Gatwick. Era un anuncio muy esperado por Ferrovial. ¿Reacción de la compañía española, propietaria de ambos aeropuertos? Son insatisfactorias, porque considera que no tienen en cuenta las inversiones que va a realizar, sobre todo en Heathrow. Pero no es, ni mucho menos, la valoración más extendida. La elaboración de estas tarifas tienen en cuenta las previsiones de tráfico aéreo, las inversiones necesarias e incluso lo que le va a costar a Ferrovial endeudarse. Juega a su favor que la nueva Terminal 5 empezará a operar el próximo año y también, por paradójico que parezca, se da la circunstancia de que Heathrow está operando al 98 por ciento de su capacidad, es decir, está saturado. ¿Solución? Una nueva pista de aterrizaje, propuesta que ya hizo Ferrovial, además de plantear la construcción de una nueva terminal, una T6. De otro modo, Heathrow no podría seguir creciendo, por lo que Londres ya abrió la semana pasada un periodo de consultas. Es de por sí una buena señal, que en el probable caso de salir adelante -se sabrá en verano u otoño del año que viene- daría a este aeropuerto un potencial de crecimiento tan grande como la posibilidad de doblar su capacidad de operaciones y pasajeros. Y eso, siendo ya la principal puerta de entrada aérea a Europa. Todas las señales son favorables para Ferrovial: la fuerte subida que registraron ayer sus acciones en bolsa, de un 6,73 por ciento, y el hecho de que su presidente, Rafael del Pino, haya intensificado la compra de títulos de la compañía, indican que la de ayer sí fue una buena noticia.