x Periodista.E l pasado miércoles, durante una reunión con sus líderes territoriales, Rajoy marcó las primeras pautas programáticas en los ámbitos autonómico y territorial, en los que el PP obtuvo el 22-M una acumulación de poder sin precedentes. Y presentó un documento en el que marca vectores de austeridad, transparencia y medidas para la creación de empleo. Nadie en política acaba de nacer, por lo que, de entrada, contrastan las buenas intenciones enunciadas con la ejecutoria de unas comunidades ya gobernadas por el PP que se han caracterizado por el despilfarro, el déficit incontrolado y, en algún caso, la corrupción. De cualquier modo, nunca es tarde si la dicha es buena, aunque de esta primera iniciativa popular al hilo del cambio de ciclo cabe extraer, a modo de conclusión, que la austeridad y el rigor no pueden plantearse por parcelas: tras las elecciones generales más o menos inminentes, los tres estadios de la Administración del Estado deberán coordinarse para combatir el déficit, llevar a cabo la inaplazable modernización y emprender a toda costa el crecimiento.