La llama de la revolución árabe sigue extendiéndose. Ayer, 40 años de dictadura de Gadafi en Libia se tambaleaban. Con la oposición en la calle, el hijo del dictador amenazó con una guerra civil. La revuelta libia reúne nuevos matices. En Egipto, hay 80 millones de habitantes, más del 50 por ciento de menores de 30 años, mucho paro, Internet y fuertes alzas en los precios de las materias primas. El cóctel ha encendido la mecha. Pese a que la sociedad civil no esté articulada -sólo grupos religiosos organizan redes de cobertura social-, los jóvenes están demostrando que pueden desplegar una oposición. En el caso de Libia, se trata de un país rico en petróleo con apenas 6 millones de población que debería proveer buenas condiciones de vida. Otros regímenes de la zona con recursos lo hacen. Pero en Libia una familia se ha quedado con todo. Por eso no es de extrañar que la ira haya tomado las calles de Trípoli. De momento, los expertos creen que el crudo sube más por la demanda emergente. Sólo si afecta a uno de los proveedores grandes, como Arabia Saudí, veremos la cotización dispararse. Aún no hay visos de revolución en estos países, pero el riesgo está sobre la mesa. Y podría unirse a las alzas generadas en las materias primas por todo el mundo. En ese escenario, una Europa más dependiente de la energía puede sufrir. En EEUU, una mayor competitividad está manteniendo a la baja los precios de los servicios, más del 60 por ciento de su economía, incluso al tiempo que suben los precios de los bienes. En cambio, en Europa el miedo es que las alzas se trasladen a los salarios y traigan un repunte de la inflación más sostenido.La llama de la revolución árabe sigue extendiéndose. Ayer, 40 años de dictadura de Gadafi en Libia se tambaleaban. Con la oposición en la calle, el hijo del dictador amenazó con una guerra civil. La revuelta libia reúne nuevos matices. En Egipto, hay 80 millones de habitantes, más del 50 por ciento de menores de 30 años, mucho paro, Internet y fuertes alzas en los precios de las materias primas. El cóctel ha encendido la mecha. Pese a que la sociedad civil no esté articulada -sólo grupos religiosos organizan redes de cobertura social-, los jóvenes están demostrando que pueden desplegar una oposición. En el caso de Libia, se trata de un país rico en petróleo con apenas 6 millones de población que debería proveer buenas condiciones de vida. Otros regímenes de la zona con recursos lo hacen. Pero en Libia una familia se ha quedado con todo. Por eso no es de extrañar que la ira haya tomado las calles de Trípoli. De momento, los expertos creen que el crudo sube más por la demanda emergente. Sólo si afecta a uno de los proveedores grandes, como Arabia Saudí, veremos la cotización dispararse. Aún no hay visos de revolución en estos países, pero el riesgo está sobre la mesa. Y podría unirse a las alzas generadas en las materias primas por todo el mundo. En ese escenario, una Europa más dependiente de la energía puede sufrir. En EEUU, una mayor competitividad está manteniendo a la baja los precios de los servicios, más del 60 por ciento de su economía, incluso al tiempo que suben los precios de los bienes. En cambio, en Europa el miedo es que las alzas se trasladen a los salarios y traigan un repunte de la inflación más sostenido.La llama de la revolución árabe sigue extendiéndose. Ayer, 40 años de dictadura de Gadafi en Libia se tambaleaban. Con la oposición en la calle, el hijo del dictador amenazó con una guerra civil. La revuelta libia reúne nuevos matices. En Egipto, hay 80 millones de habitantes, más del 50 por ciento de menores de 30 años, mucho paro, Internet y fuertes alzas en los precios de las materias primas. El cóctel ha encendido la mecha. Pese a que la sociedad civil no esté articulada -sólo grupos religiosos organizan redes de cobertura social-, los jóvenes están demostrando que pueden desplegar una oposición. En el caso de Libia, se trata de un país rico en petróleo con apenas 6 millones de población que debería proveer buenas condiciones de vida. Otros regímenes de la zona con recursos lo hacen. Pero en Libia una familia se ha quedado con todo. Por eso no es de extrañar que la ira haya tomado las calles de Trípoli. De momento, los expertos creen que el crudo sube más por la demanda emergente. Sólo si afecta a uno de los proveedores grandes como Arabia Saudí, veremos la cotización dispararse. Aún no hay visos de revolución en estos países, pero el riesgo está sobre la mesa. Y podría unirse a las alzas generadas en las materias primas por todo el mundo. En ese escenario, una Europa más dependiente de la energía puede sufrir. En EEUU, una mayor competitividad está manteniendo a la baja los precios de los servicios, más del 60 por ciento de su economía, incluso al tiempo que suben los precios de los bienes. En cambio, en Europa el miedo es que las alzas se trasladen a los salarios y traigan un repunte de la inflación más sostenido.