Nadie puede negar que resulta llamativo que las petroleras tengan los mismos precios para sus carburantes entre sus gasolineras, al menos desde el punto de vista del usuario. El mercado, en el que se supone reina la competencia, lleva ya tiempo funcionando de esta manera. El organismo regulador competente, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), ha dado un primer paso importante, de carácter oficial, ante la escasa competencia que -ahora sí constata en un informe- reina entre determinadas instalaciones. El texto de la CNE hace referencia a una investigación que el regulador energético llevó a cabo en Vigo, en el cual reconoce un "bajo nivel de competencia", con los perjuicios en clave de precio y abanico de oferta que seguro tiene sobre los clientes. Sin duda es un paso adelante en la lucha contra una hipotética concertación de precios y, por tanto, contra las reglas de libre mercado. Las conclusiones que se desprenden del informe resultan muy indicativas, como el hecho de que todas las estaciones que comparten el mismo operador han mantenido precios prácticamente idénticos. Ante estas evidencias, la CNE piensa seguir realizando investigaciones de mercado. Es lo procedente. Es más, sorprende que este tipo de investigaciones no se hayan puesto antes en marcha. Este informe debe ser sólo una parte y el inicio de una estrategia de enfoque más global, que potencie el control sobre un sector tan estratégico y, sobre todo, con una incidencia tan directa en la economía de los españoles. Además de continuar con estos estudios, la CNE y el Tribunal de Defensa de la Competencia deben adoptar las medidas pertinentes con el fin de garantizar las leyes de libre mercado.