La economía estadounidense se recupera paso a paso. Lentamente, pero avanza. El PIB creció un 2,9 por ciento en 2010, tras un mayor dinamismo en el consumo. Queda mucho por camino por andar, pero el dato fue esperanzador. No obstante, resulta preocupante esa sombra de la que se ha venido en llamar una recuperación sin empleo. Y es que el mercado laboral arrojó ayer dos datos para encajar con seriedad. Se crearon menos puestos de trabajo de lo previsto, como consecuencia de la climatología; y se redujo la tasa de paro al 9 por ciento no por un buen motivo, sino por el abandono de muchos en la búsqueda. Es el fruto de las crisis con origen en el sector financiero y la construcción: arrojan al paro a personas difíciles de recualificar y superarlas requiere el transcurso de varios años.