El Corte Inglés se enfrenta a la crisis del consumo en España precisamente cuando debe renovar su modelo de negocio de gran almacén. Por abajo, sufre los mordiscos que le dan a sus ventas los zaras, ikeas, mediamarkts y centros comerciales. Por arriba, debe recortar costes y precios sin renunciar a su tradicional sello de servicio y calidad. De hecho, ya ha ajustado el uso de trabajadores temporales. Además, tiene una estructura difícil de internacionalizar, porque debe hacerse a las culturas locales -fíjense en el fracaso de Marks & Spencer- y encontrar las mejores ubicaciones. De ahí que haya optado por desarrollar las tiendas de Sfera, más pequeñas, para salir fuera. Pero Sfera también está pensada para una clientela que está cambiando, más joven y que cada vez está más acostumbrada a volar en el low cost, bajarse productos de Internet y sólo paga por lo que considera una experiencia interesante a un precio asequible. Se abre un nuevo periodo, y el Corte Inglés tiene fortalezas enormes con las que afrontarlo. Ha empezado a dar los pasos para reorientarse hacia una suerte de gran centro comercial, con posibilidades de ocio y restauración... justo lo que retiene a los clientes para que sigan consumiendo. Y su otro pilar de futuro está en el comercio electrónico. Ha creado una brillante infraestructura web apoyada en la tranquilidad que brinda su marca para las devoluciones, sobre todo en desembolsos importantes. Debe aprovechar estos factores e ingeniárselas para aportar detalles extra y servicios que mejoren y hagan aún más cómoda e interesante la experiencia. Así todos seguirán siempre pensando en El Corte Inglés a la hora de su compra.El Corte Inglés se enfrenta a la crisis del consumo en España precisamente cuando debe renovar su modelo de negocio de gran almacén. Por abajo, sufre los mordiscos que le dan a sus ventas los zaras, ikeas, mediamarkts y centros comerciales. Por arriba, debe recortar costes y precios sin renunciar a su tradicional sello de servicio y calidad. De hecho, ya ha ajustado el uso de trabajadores temporales. Además, tiene una estructura difícil de internacionalizar, porque debe hacerse a las culturas locales -fíjense en el fracaso de Marks & Spencer- y encontrar las mejores ubicaciones. De ahí que haya optado por desarrollar las tiendas de Sfera, más pequeñas, para salir fuera. Pero Sfera también está pensada para una clientela que está cambiando, más joven y que cada vez está más acostumbrada a volar en el low cost, bajarse productos de Internet y sólo paga por lo que considera una experiencia interesante a un precio asequible. Se abre un nuevo periodo, y el Corte Inglés tiene fortalezas enormes con las que afrontarlo. Ha empezado a dar los pasos para reorientarse hacia una suerte de gran centro comercial, con posibilidades de ocio y restauración... justo lo que retiene a los clientes para que sigan consumiendo. Y su otro pilar de futuro está en el comercio electrónico. Ha creado una brillante infraestructura web apoyada en la tranquilidad que brinda su marca para las devoluciones, sobre todo en desembolsos importantes. Debe aprovechar estos factores e ingeniárselas para aportar detalles extra y servicios que mejoren y hagan aún más cómoda e interesante la experiencia. Así todos seguirán siempre pensando en El Corte Inglés a la hora de su compra.El Corte Inglés se enfrenta a la crisis del consumo que atraviesa España precisamente cuando tiene que renovar su modelo de negocio de gran almacén. Por abajo, el gigante sufre los mordiscos que le dan a sus ventas los zaras, ikeas, mediamarkts y centros comerciales. Por arriba, debe recortar costes sin renunciar a su tradicional sello de servicio. De hecho, ya ha ajustado el uso de trabajadores temporales. Además, tiene un negocio que resulta difícil de internacionalizar, porque debe hacerse a las culturas locales -fíjense en el fracaso de Marks & Spencer- y encontrar las mejores ubicaciones. De ahí que haya optado por desarrollar las tiendas, más pequeñas, de Sfera para salir al extranjero. Pero Sfera también está pensada para una clientela que está cambiando, más joven y que cada vez está más acostumbrado a volar en el low cost, bajarse productos de Internet y sólo paga por lo que considera una experiencia interesante a un precio asequible. Se abre un nuevo periodo, y el Corte Inglés tiene fortalezas enormes con las que afrontarlo. Ha empezado a dar los pasos para reorientarse hacia una suerte de gran centro comercial, con posibilidades de ocio y restauración. Justo lo que retiene a los clientes para que sigan consumiendo. Y su otro pilar de futuro está en el comercio electrónico. Ha desarrollado una brillante infraestructura web apoyada en la tranquilidad que brinda su marca para las devoluciones. Debe aprovechar estos factores y ha de ingeniárselas un poco más para aportar detalles extra que hagan más cómoda e interesante la experiencia. Así siempre seguirán todos pensando en El Corte Inglés a la hora de hacer una compra.