El consorcio encabezado por Texas Pacific Group y British Airways parece buscar una ganga en su pugna por hacerse con Iberia. Su intención de rebajar la oferta de 3,60 euros por acción que lanzara el pasado mes de marzo no sólo no se compadece con las perspectivas de futuro de la compañía, sino que se aleja del precio objetivo que los diferentes bancos de inversión conceden a la aerolínea. Por poner algunos ejemplos, el Santander lo fija en 4,5 euros por título o Merrill Lynch en 4,3. Las nuevas dificultades de financiación, que quedarán claras de forma definitiva en septiembre cuando los bancos tengan que asegurarlas, y la perspectiva de una caída de las tarifas aéreas justificarían la rebaja en la oferta de Texas y sus compañeros de viaje, hasta situarse en los 3,4 o 3,5 euros por acción, lo que rebajaría en una horquilla entre 100 y 200 millones de euros el valor que otorga a la compañía. Esa rebaja en el precio hizo mella ayer en la cotización bursátil de la empresa, que se dejó un 1,82 por ciento y cerró en 3,24 euros. Un escenario que no debería ser demasiado significativo. Es más, lo lógico sería que una posible guerra de ofertas por la compañía, en la que ya ha mostrado interés el consorcio liderado por Apax e Air France o la propia Lufthansa, llevara el valor claramente por encima de los cuatro euros. Aciertan firmas como Ibersecurities al recordar que "aun valorando a cero el negocio recurrente de Iberia y su participación del 80 por ciento en Clickair, obtenemos un valor superior a la cotización actual". Como estrategia, es normal que los oferentes intenten pagar lo menos posible -más teniendo en cuenta que la situación de British no es la mejor para acometer una oferta de envergadura-, pero ni a ellos mismos se les oculta que la presa es codiciada y que no les va a salir a precio de saldo.