Hay dos formas de hacer las cosas: rápido y bien. Rápido lo está haciendo la multinacional Unilever, que anunció recientemente su urgente necesidad de recortar nada menos que 20.000 puestos de trabajo y cerrar hasta 50 centros productivos para lograr una estructura operativa que sea económicamente viable. Bien lo ha hecho su filial española, que lleva reestructurándose desde el año 2000 de una forma progresiva para reducir su plantilla y cerrar seis fábricas. El resultado es claro: la filial española es la que más crece en Europa Occidental y, previsiblemente, estos recortes no le afectarán.