El Pacto Antiterrorista, primero, y la Ley de Partidos, después, asestaron uno de los golpes más duros contra el entramado creado por ETA. Resultaba paradójico el hecho de que, mientras nos mataban, los demócratas les permitíamos gobernar ayuntamientos y participar en la política en el País Vasco y en Navarra. De esta manera, Batasuna manejaba millones de euros para beneficio de sus militantes y simpatizantes. Su poder se incrementaba allí donde gobernaban y controlaban los presupuestos.Pero con la Ley de Partidos, el "chollo económico" se les acabó. Sin dinero, los seguidores abandonan, los terroristas no pueden mantenerse, los familiares de los presos se rebelan, etcétera, etcétera, etcétera… Había que buscar una salida que no fuera reconocer el fracaso, que no fuera poner en entredicho a una Batasuna-ETA doblegada pidiendo perdón. Y esa salida la encontraron después de intensas conversaciones con representantes del PSE y antes y después del "alto el fuego-trampa". Se trataba de buscar dinero fresco con la creación de un nuevo partido de cara a las próximas elecciones municipales. Y ese nuevo partido, para el que la gente de Batasuna ha vuelto a pedir el voto, es ANV. Sus candidaturas han quedado mermadas por la Justicia de la que nos hemos dotado, como si se tratara de un grupo que fuera en mitad "batasuno" y mitad independiente, Doctor Jekyll y Mister Hyde. ANV no va a poder lograr acaparar el poder que tuvo Batasuna, porque los jueces así lo han decidido retirando decenas de listas, pero es más que probable que logre recuperar el control de ayuntamientos antes manejados por el brazo político de ETA.Estamos viendo como se les da otro "balón de oxigeno", porque habrá dinero de la democracia para "ese mundo", aunque no tanto como antes. Unos 300.000 euros, según el trabajo que publicamos hoy en El Economista, podrán ser utilizados por los concejales de ANV, apoyados reiteradamente por Batasuna. Y si el mundo de Batasuna les secunda, será quizá porque de algo se beneficiará.