Si hay una compañía que sigue pulverizando todos los registros, es Inditex. El gigante gallego podría presentar, según los expertos, un beneficio neto de casi 1.000 millones en 2006, cifra que lo llevaría a superar, en el ránking de los mejores resultados, a otro de los grandes: la estadounidense Gap. Así las cosas, el grupo que preside Amancio Ortega ya sólo tendría por delante a los suecos de H&M, que han finalizado el pasado año con un beneficio de 1.162 millones de euros. Desde que en el año 1975 se abriera la primera tienda de Zara -firma que todavía hoy representa dos tercios de las ventas del grupo gallego-, el crecimiento de la compañía parece no tener fin. Sin embargo, la apertura de Inditex hacia otros segmentos de la moda (con siete cadenas de ropa más) está posibilitando una estrategia de crecimiento que le da margen suficiente para seguir ampliando beneficios. En plena crisis del sector textil por el empuje asiático, Inditex ha mostrado cómo hacer frente a la competencia de bajos costes, con un modelo de negocio innovador. Gracias a la máxima integración de todos sus procesos (diseño, producción, distribución y venta), la compañía española ha conseguido situarse a la vanguardia de los grandes grupos de distribución de ropa. Inditex ha sabido conjugar diseño y precio, abriendo su mercado a una todopoderosa clase media que hasta entonces había permanecido al margen de las tendencias de la moda. Otra de las grandes claves del éxito que disfruta es un sistema de distribución capaz de ajustar al máximo la producción a la propia demanda, minimizando los riesgos a los que tradicionalmente está sometido un mercado de la moda que es en exceso volátil.