El director de la central nuclear de Vandellós, Enrique Bordiu Cienfuegos, ha hecho llegar al Consejo de Seguridad Nuclear una carta en la que informa de los riesgos que implica la construcción, en la zona, de una central de ciclo combinado. Según Bordiu, la central de Gas Natural no tiene previsto ningún sistema de seguridad y un problema en ella podría llegar a afectar a la nuclear. Desde el Consejo, se han mostrado tajantes y aseguran que no hay ningún riesgo en este momento y que, no obstante, preparan ya un informe sobre el asunto. El 25 de abril del año pasado se cumplieron 20 años de la explosión de la central nuclear de Chernóbil. Este trágico accidente, consecuencia de una cadena de errores humanos, técnicos y también políticos, supuso un punto de referencia en el debate mundial sobre la energía atómica porque puso en entredicho la seguridad de este tipo de centrales, generando una enorme alarma social que todavía hoy persiste. La energía nuclear es necesaria en un escenario en el que el consumo seguirá creciendo, en el que las obligaciones suscritas por el Protocolo de Kioto obligan a un control estricto de las emisiones de CO2, en el que el precio del petróleo se mantiene elevadísimo, en el que las energías renovables no pueden hacer frente al incremento en la demanda energética y en el que somos dependientes de un escenario internacional con graves tensiones geopolíticas. Por todo ello, el Gobierno debería revisar su estrategia energética y apostar por una mayor presencia productiva de este tipo de energía: más barata, limpia y eficiente. Los principales partidos deben estar unidos, frente a la presión electoral, en un debate ineludible para el desarrollo económico. Pero, sobre todo, la mínima sombra de duda, en materia de seguridad, debe ser atajada de inmediato.