Siempre se puede tener un accidente in itínere. Pero un cúmulo de circunstancias ha permitido que el proceso de desinversión que Sacyr realiza en Itínere resulte beneficioso para todos. La constructora es la primera interesada, dado que necesita reducir su deuda ante las dificultades para conseguir financiación. De ahí la venta de una parte a Citi, que en la actualidad tiene el 62 por ciento. La concesionaria es una compañía con activos muy buenos y maduros, tiene algunas de las mejores autopistas de España y genera ingresos recurrentes. Es un atractivo que cuente con la AP9, la principal autopista de peaje gallega, y resulta lógico que las cajas de ahorros de la región Caixanova y Caixa Galicia, que son accionistas de Sacyr, hayan preacordado invertir 200 millones de euros cada una para hacerse con el 16 por ciento del grupo, como hoy publica elEconomista. Históricamente, las cajas de ahorros invierten en activos de infraestructuras -La Caixa en Abertis o la BBK también en Itínere, que tiene la AP1-. Pero sobre todo ha sido clave el momento. Caixanova y Caixa Galicia han obtenido plusvalías por las ventas de sus participaciones en Fenosa -la primera logró 465,4 millones de euros y la segunda 248 millones-, y pueden obtener beneficios fiscales si reinvierten ese capital. El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, ha sabido sacar ventaja de esta situación para vender esta parte de la concesionaria. Con ello, Sacyr se acerca a su objetivo de situar su deuda en los 10.000 millones de euros. Y las cajas gallegas vuelven a un negocio en cuyo desarrollo participaron en su día, y por el que pueden recibir ingresos seguros. Parece una buena operación para todos.