Si quiere salir el Puente de la Constitución de la próxima semana, dése prisa porque los viajes, vuelos y hoteles en condiciones más ventajosas están casi agotados, como explica hoy un reportaje de elEconomista. Aunque la deuda de las familias españolas está en máximos históricos y el ahorro disponible en niveles paupérrimos y decrecientes, el consumo sigue disparado. ¿Hasta cuándo? Los datos son contradictorios. El euribor -el índice más utilizado para fijar el precio de las hipotecas- trepó en noviembre hasta el 3,86 por ciento, lo que representa la decimocuarta subida consecutiva y un 15 por ciento de alza en los últimos doce meses. Aunque se observa cierta desaceleración en este índice, los analistas comienzan también a ver probable que las subidas de tipos de interés en Europa -que se trasladarían al euribor- podrían continuar el año que viene. Ya hay algunas firmas de análisis de grandes bancos que piensan que los tipos europeos -ahora en el 3,25- pueden situarse más allá del 4 por ciento, un nivel en el que aflorarían los primeros problemas de impago de hipotecas. Las entidades financieras no parecen tan preocupadas por la montaña de deuda que están acumulando los particulares. Las últimas encuestas del Banco de España realizadas a bancos y cajas de ahorros apuntan a que, de momento, están moderando muy levemente el alto ritmo de concesión de préstamos hipotecarios, aunque están alargando los plazos e introduciendo nuevas modalidades y, sobre todo, concediendo mucho más dinero para consumir. Pero la creación de empleo -que es lo que más importa- sigue creciendo con fortaleza. De momento, podemos seguir disfrutando de los días de vacaciones que se avecinan sin mayores preocupaciones. La fiesta del consumo continúa.