El PSOE prometió que no subiría los impuestos, pero sus promesas han caído en saco roto. Nada más llegar a la Moncloa, Zapatero aseguró que bajaría la carga tributaria; sin embargo, el propio Ministerio de Economía reconoce en un informe que en los dos primeros años de legislatura socialista la presión fiscal se ha elevado en 1,55 puntos, hasta situarse en el 35,57 por ciento del PIB a finales de 2005. Ya lo advirtió la OCDE el mes pasado: España está elevando la carga tributaria más de la cuenta. ¿Resultado? Estamos peor que hace dos años. Para el Departamento que dirige Pedro Solbes, esta tendencia se debe, fundamentalmente, a dos factores: el Impuesto de Sociedades y los tributos ligados al consumo. Cuanto más crece la economía, más se recauda en impuestos, lo que redunda en una mayor presión fiscal. Hasta aquí, ninguna objeción. Pero si damos por buenos los datos ofrecidos por Economía, resulta que en los tres últimos años con el Partido Popular en el poder la carga tributaria sólo aumentó 11 décimas (y no se puede decir que la economía fuera mal con el PP). También es cierto que la reforma fiscal que ha preparado el Ejecutivo aún no ha entrado en vigor (se pondrá en marcha el próximo 1 de enero). No obstante, hay dudas respecto a sus posibles logros: la cruzada anti-humos del PSOE ha provocado un alza en los impuestos del tabaco y, si hace lo mismo con el alcohol, el propósito de no subir los impuestos quedaría aún más lejos; sobre todo, porque el Gobierno parece decidido a implementar la llamada fiscalidad verde ("quien contamina, paga"). Son ya demasiados los proyectos que contradicen el objetivo inicial de Zapatero de bajar la carga tributaria.