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¿Está aumentando la actividad volcánica en la Tierra?

  • Las erupciones de Guatemala y Hawái son una mera coincidencia
  • La relación entre los volcanes y el cambio climático no está clara
Río de lava del volcán Kilauea, en Hawái. Foto: Reuters

María Márquez

En la actualidad, más de una decena de volcanes se encuentran en erupción. El Kilauea, en Hawái, y el Volcán de Fuego, en Guatemala, han expulsado en las últimas semanas ríos de lava y nubes de ceniza, causando -el segundo- decenas de muertos. El volcán Merapi despierta y amenaza a la población de Indonesia día sí y día también... ¿Quiere decir esto que los volcanes se están volviendo más activos que nunca?

La mayoría de expertos coinciden y son contundentes en su respuesta: no. "En determinadas zonas y en determinadas épocas, la actividad volcánica se incrementa y en ciertos periodos se tranquiliza pero es un fenómeno completamente natural", explica Alexis Schwartz, investigador de Involcan, Centro Nacional de Volcanología o Instituto Volcanológico de Canarias.

Es decir, las erupciones volcánicas de Guatemala y Hawái son una mera coincidencia, una casualidad. La actividad volcánica de la Tierra no está aumentando, al contrario, según se atreve a decir este experto en volcanología: "La Tierra se está enfriando, por lo que en la actualidad hay menos erupciones que en épocas pasadas, cuando el núcleo de la Tierra estaba mucho más caliente".

La sombra del cambio climático

Un estudio de 2017 publicado en la revista Geology vinculaba el derretimiento de los glaciares y las capas de hielo -hace 5.000 años- con un aumento en la actividad volcánica. Sin embargo, es una teoría que ha generado controversia y que es poco compartida entre los científicos en este ámbito.

"No hay base científica que sostenga esta afirmación. Es un disparate presuponer que el cambio climático provocará más erupciones. Lo que sí puede ocurrir es que las erupciones influyan en el clima de una zona, pero no al revés", explica Schwartz y añade que una erupción volcánica puede tanto enfriar como calentar, "de hecho tiende más a enfriar".

Por otra parte, Inés Galindo Jiménez, jefa de la Unidad de Las Palmas de Gran Canaria del Instituto Geológico y Minero de España, señala que la relación entre los volcanes y el cambio climático es compleja y no está clara.

"Por un lado, se habla desde hace muchos años de la influencia de los gases en la atmósfera y por otro de un aumento de la actividad magmática debido al descenso de la presión que provoca el peso del hielo. En todo caso esto afectaría solo a zonas que actualmente están cubiertas por grandes capas de hielo", sentencia Galindo.

¿Se puede predecir una erupción?

Hay agencias, institutos y observatorios que realizan monitoreo 24/7 de los volcanes que están en activo. Con todo esto, es posible hacer una especie de previsión, aunque sin dar en el cuándo ni en el cómo.

"La observación de volcanes no es una ciencia matemática, pero es cierto que cuando va a haber una erupción hay una serie de precursores que se generan semanas o incluso meses antes", dice Schwartz con conocimiento de causa, ya que en Involcan se dedican a la observación de la actividad volcánica en Canarias.

Movimientos sísmicos, emisiones de gases y deformación del terreno son las tres señales que hay que tener en cuenta a la hora de detectar una erupción próxima. "Si no haces vigilancia volcánica es un suicidio. El caso de El Hierro es un buen ejemplo: tuvimos muchas señales, hubo una evacuación - haya gente que esté de acuerdo o no con esto-. La precaución es primordial", señala Schwartz.

Desde el Instituto Geológico, por su parte, Galindo matiza que "se puede saber que el volcán está reactivándose, pero no se puede dar hora de comienzo de una erupción con precisión, ni saber exactamente el tipo de erupción".

Fuego, un volcán mortífero: ¿por qué?

La clave está en el tipo de erupción y el nivel de gas. "El volcán de Guatemala está relacionado con magmas más ácidos que tienen mayor cantidad de gases disueltos, lo que hace que las erupciones sean más explosivas", explica Inés Galindo. "En el Kilauea, los magmas son básicos, con menos sílice y muy poca cantidad de gas disuelto", añade.

La principal causa de muerte en Guatemala no ha sido la lava, sino los flujos piroplásticos del volcán de Fuego: una mezcla de nubes de gas, magma pulverizado y roca, entre otras cosas, a una gran temperatura.

"Las nubes de Guatemala son destructivas y están a unos 700 grados centígrados. La gente ha muerto abrasada. Este es uno de los el fenómenos más destructivos que existen", corrobora Alexis Schwartz.

Canarias o Italia, zonas a observar

La zona más activa volcánica y sísmicamente del planeta, y también una de las más peligrosas por sus erupciones explosivas, es el Cinturón de Fuego del Pacífico. Un total de 452 volcanes, lo que supone el 75% del total mundial, mantienen en vilo a varios países.

Pero hay más zonas activas. Desde el Instituto Geológico y Minero de España llaman a ser cautos: "Hay volcanes en Italia, Hawái o Canarias que podrían entrar en erupción en el futuro, por lo que no hay que perderlos de vista".

No obstante, desde Involcan insisten en que la situación en Canarias es de tranquilidad total. "La actividad volcánica de Canarias no es como la de Hawái o Guatemala. El tiempo entre erupción y erupción es bastante largo. Hay generaciones que no ven una erupción, ya que se producen cada 100 años aproximadamente y son benignas".

La mejor prevención a la hora de evitar una catástrofe, insisten en ambos casos, es seguir investigando cómo han sido las erupciones en el pasado para estimar cómo podrían ser en el futuro. Y, por supuesto, no dejar de vigilar para conocer el estado actual de los volcanes y poder identificar cambios en el sistema.