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La comida negra no es tan buena como te la venden...
Informalia
Nada de colores llamativos ni emplatados estridentes. Ahora, tu comida será negra y el motivo no es otro que un nuevo ingrediente que ha llegado a las cocinas para quedarse: el carbón activado. Pero, ¿es tan bueno como lo venden?
Son ya numerosos los bares y restaurantes que han empezado a incluir en sus cartas platos con carbón activado: sandwiches, tortitas, gofres, pan, helado, bizcocho... Lo cierto es que el carbón es un material muy poroso con una increíble capacidad de absorción, por lo que está considerado un gran purificador de partículas. Entra otras propiedades, se le atribuye el poder de suavizar el dolor de cabeza y mitigar la resaca, la bajada del colesterol o el blanqueamiento dental, por lo que ya están haciendo pruebas en pasta de dientes.
A pesar de todo, no existen evidencias científicas que avalen ninguno de los supuestos beneficios de usar carbón activado en la alimentación. De hecho, está demostrado que esta sustancia no se absorbe en el estómago, sino que se expulsa, por lo que no llega nunca a ponerse en contacto con nuestras toxinas a no ser que se ingiera inmediatamente después que éstas y las atrape al momento.
Eso sí, tampoco es perjudicial, al menos no en pequeñas dosis, ya que en grandes cantidades podría absorber nutrientes o incluso medicamentos necesarios para la persona y por tanto privar al organismo de ellos. El carbón activado está contemplado como un complemento alimenticio por la Comunidad Europea y la FDA estadounidense y, cómo no, da un toque original y exótico a cualquier plato. Así date el capricho de probarlo, pero no esperes milagros.