La niebla tóxica que mató a 12.000 personas en Londres en 1952 podría repetirse en China
- En solo cinco días más de 100.000 personas fueron ingresadas
- El cambio de dióxido de azufre a sulfato suelta partículas ácidas
- "Damos a China algunas ideas de cómo mejorar la calidad del aire"
EcoDiario.es
El caso más extremo de contaminación hasta la fecha se vivió en Londres en 1952 cuando una espesa polución se cobró 12.000 vidas en esa capital en solo cinco días. Ha sido ahora cuando una investigación científica ha desvelado que el compuesto mortífero que se tragó el ambiente a mediados del siglo pasado va más allá de las emisiones de carbón con las que se dio explicación entonces a la niebla letal.
Se la denominó La Gran Niebla Tóxica de Londres y duró en su nivel máximo del 5 al 9 de diciembre, tiempo suficiente para acabar con tantas miles de vidas (humanas y también animales) y hacer ingresar a más de 100.000 personas por neumonía, bronquitis, tuberculosis, asma, dificultad respiratoria, enfermedades de pulmón o fallo de corazón. El espesor era tal que no dejaba que la visibilidad fuera más allá de un metro y junto a la quema de carbón para calentar las casas (la escasez económica de la posguerra no permitía nada más) y los gases emitidos por el transporte, la densidad fue a mayores.
Conjunción química fatal
El estudio, realizado por científicos de todo el mundo y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, explica la formación de sulfato que hay detrás de ese episodio, presente igualmente en la contaminación en aumento en China. Entonces afectó a la vida cotidiana, impidiendo entre otras actividades la conducción y el ocio cultural; salir a la calle se convirtió en algo prácticamente imposible.
El equipo de expertos capitaneados por el profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Texas A&M (EEUU) Renyi Zhang explica cómo las partículas de dióxido de azufre procedentes de la quema de carbón mezcladas con el sulfato y con la niebla crearon el sulfato tóxico que provocó tantas muertes. "Se proceso fue facilitado por el dióxido de nitrógeno, otro producto de la combustión del carbón, y se produjo inicialmente en la niebla natural. Otro punto clave en la conversión del dióxido de azufre a sulfato es que éste produce partículas ácidas. La niebla natural contenía partículas más grandes de varias decenas de micrómetros de tamaño. La evaporación posterior de la niebla dejó partículas más pequeñas de ácidos que cubrieron la ciudad".
Un aviso para China
Zhang, originario de ese país, señala en la investigación que en China hay riesgo de que se repita esa niebla mortífera. "En China, el dióxido de azufre es emitido principalmente por las plantas de energía, el dióxido de nitrógeno proviene de las centrales eléctricas y los automóviles, y el amoníaco procede del uso de fertilizantes y automóviles. Nuevamente, los procesos químicos correctos tienen que interactuar para que la neblina mortal aparezca".
El estudio propone mejorar la comprensión de los compuestos que se mueven en el aire y espera que con este descubrimiento China tome "algunas ideas de cómo mejorar la calidad del aire".