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Críticos de Sánchez le acusan de pactar con Iglesias para derrocar a los barones
- El portavoz de Page dice que Sánchez sabía el divorcio de Podemos
José María Triper
Dirigentes socialistas críticos con Pedro Sánchez denuncian la existencia de un pacto entre el secretario general del PSOE con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, para "derrocar" a los barones y allanar el camino a un 'Gobierno Frankenstein' con los nacionalistas.
En este pacto se enmarcaría la decisión de Podemos de romper el acuerdo de gobierno con Emiliano García-Page en Castilla la Mancha y la retirada del apoyo a Guillermo Fernández Vara en Extremadura. Dos pasos a los que, dicen, seguirá la ruptura con Javier Lambán en Aragón, "que podría anunciarse el lunes" y después el divorcio de Javier Fernández en Asturias.
Ayer, el portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, apuntaba de forma inequívoca a este pacto al confirmar que García-Page no había recibido ninguna llamada de Pedro Sánchez "para mostrarle su apoyo o su preocupación", y apostillar que "si Sánchez tiene suficiente información, no tiene por qué llamar para enterarse de más información".
Los críticos de la actual dirección socialista explican que los acuerdos entre Sánchez e Iglesias se iniciaron ya durante la campaña electoral de las pasadas elecciones de junio y se intensificaron en agosto. Un diálogo desvelado por el propio Iglesias a mediados de ese mes cuando declaró que hablaba con Sánchez "de forma habitual", lo que provocó un comunicado inmediato del PSOE desmitiéndolo.
Iglesias se lamenta ahora de no haber apoyado a Sánchez en la investidura fallida de marzo, y ambos necesitan en este momento gobernar para sofocar las rebeliones internas en sus partidos respectivos y para frenar la pérdida de apoyo electoral que constatan ambas formaciones. Ayer, Pedro Sánchez volvía a lanzar un reto a los barones al asegurar que no piensa dimitir aunque el Comité Federal del sábado tumbe su propuesta de convocar primarias el 23 de octubre y celebrar en diciembre el Congreso. "No me planteo dimitir y estoy asumiendo mi responsabilidad", afirmó .
Una nueva muestra de arrogancia que fue mayoritariamente contestada por la mayoría de los líderes territoriales, con Susana Díaz a la cabeza, quien ya insinuó abiertamente la posibilidad de presentarse como alternativa. "Yo voy a estar donde me pongan mis compañeros, a la cabeza o en la cola", repitió en dos ocasiones al ser preguntada sobre la posibilidad de enfrentarse al secretario general.
Díaz no tuvo reparo en recordarle a Sánchez que el PSOE "tiene un problema, que está perdiendo elecciones encadenadamente, y cuando todas las alternativas son malas alguna responsabilidad debe tener la dirección del partido", y que "no vale culpar a los que ganan".
"La responsabilidad y la mayor obligación de quien está al frente del partido es mantenerlo unido, cohesionado y no poner dilemas falsos que tienden a enfrentar y dividir ", subrayó Díaz.
En medios próximos a la presidenta andaluza, indicaron a elEconomista que "Susana ha iniciado ya la ofensiva" y no descartaban que pudiera producirse "una noticia relevante antes del sábado".
Arropando a la presidenta de Andalucía, su homólogo de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, confirmaba que el sábado votará en contra de la propuesta de Sánchez, a quien puntualizó que "lo prioritario es que haya un Gobierno, y si quieres que el PP no gobierne, gánale las elecciones. Pero, o gobiernas o tienes que dejar gobernar. El PSOE, que es un partido muy importante, no puede bloquear".
Una opinión que compartía el expresidente castellanomanchego, José María Barreda, quien, en referencia a un acuerdo con Podemos y los independentistas, apuntó que "no es viable un Gobierno con quienes tienen una concepción de España muy distinta a la de los socialistas".