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El independentismo toca techo, pero rozaría la mayoría en el Parlament
Los resultados definitivos del proceso participativo del 9-N impulsado por la Generalitat de Cataluña carecen de cualquier tipo de validez legal o democrática, pero permiten realizar una lectura política. Según el recuento final realizado por el ejecutivo catalán, un total de 2.305.290 personas votaron en la pseudoconsulta del pasado domingo. | El Gobierno central valora a la mayoría de catalanes que no participó en el 9-N.
Del número total de papeletas registradas, 1.861.753 personas apoyaron el proceso de secesión de Cataluña respecto al Estado español. Como es de suponer que casi la totalidad de independentistas acudieron a lo que ellos denominaron "un día histórico", esta cifra marca el techo del soberanismo político en Cataluña.
Si a los 1,8 millones de votos independentistas sumamos las 232.182 personas que depositaron una papeleta en la que se pedía una nueva relación con el Estado, pero no la independencia (opción Sí-No), el resultado final es de 2.093.935 votos. Esta cifra es casi exactamente la misma que los votos que sumaron CiU, ERC, ICV y la CUP en las últimas elecciones autonómicas catalanas de 2012, cuando estos partidos ya acudieron a los comicios con con el referédum independentista en su programa. En concreto, estos cuatro partidos lograron en diciembre de 2012 el apoyo de 2.093.709 es decir que la diferencia con el 9-N es de exactamente de 226 votos.
De hecho, esta comparativa no tiene en cuenta los 46.608 votos que logró en 2012 el partido Solidaritat per la Independència (SI) que no consiguió representación parlamentaria. Tampoco, se tiene en cuenta que en el 9-N, pudieron votar los menores de 16 a 18 años y los extranjeros con residencia acreditada durante un año, lo que elevó el censo electoral hasta 6,2 millones de ciudadanos.
De igual manera, en sentido contrario, no se pueden contabilizar los votos que se depositarán hasta el 25 de noviembre en las delegaciones que ha dejado abiertas la Generalitat para que voten todos aquellos ciudadanos que no pudieron hacerlo el domingo.
Mayoría parlamentaria
Una vez definido ese techo del independentismo, habría que valorar si conforma una mayoría parlamentaria con capacidad de gobernar Cataluña y, en el caso extremo, realizar una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) tal y como defiende el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Su opinión no es baladí ya que los republicanos parten como favoritos en todas las encuestas electorales que se han hecho en Cataluña con una representación superior a los 40 escaños.
Los 1.861.753 votos independentistas hubieran sido mayoría en las elecciones autonómicas de 2012, donde votaron un votaron 3.657.450 ciudadanos. Sin embargo, de nuevo hay que recordar que el censo electoral de las elecciones reales está formado por 5,4 millones, mientras que el domingo pudieron votar 6,2 millones: unas 800.000 personas de diferencia.
Si a los votos independentistas, sumamos los de los que quieren renegociar la relación de Cataluña con España, la mayoría ya es más sólida. De hecho, en el arco parlamentario actual CiU, ERC, ICV y CUP ya suman casi dos tercios de una cámara formada por 135 escaños.
Aunque las cifras del 9-N no son extrapolables a la realidad, lo cierto es que el voto independentista que se da en Cataluña forma una mayoría solida que roza capacidad de gobernar cuando la participación electoral en las autonómicas es baja. De hecho, este es el panorama con el que trabaja el presidente de ERC para reclamar unas elecciones anticipadas que den origen a unas Cortes Constituyentes catalanas que serían las encargadas de redactar una nueva constitución. Junqueras cuenta con que en un proceso de este tipo, el votante contrario a la independencia no se movilizaría tanto como en un referéndum claro donde hubiera que elegir entre el sí y el no como se hizo en Escocia.
Sólo en el caso de que la participación fuera superior al 80 por ciento del electorado, los independentistas tendrían problemas para lograr la ansiada mayoría absoluta que les permitiría realizar la Declaración Uniliateral de Independencia. Es previsible que en unas elecciones donde se presentaran en bloque los secesionistas, el voto contrario se también movilizaría masivamente.