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¡Hay un pepino en mi Gin-Tonic!
Para reproducir la fórmula de la flamante The London Gin hay que ser Marco Polo: bayas de enebro de los montes de Dalmacia, casia china, canela de Ceilán... Así hasta nueve componentes internacionales. Además, la casa González Byass, experta en Jerez y autora de esta nueva ginebra, ha comprado una destilería en la capital británica para elaborarla. El resultado es un preciado líquido azulado, de nariz fina, con marcadas notas de hierbas balsámicas y enebro, y un original fondo de trufa, con un paso por boca meloso y delicado, y un final largo y especiado. En otras palabras, el culmen para los amantes de la ginebra y de todas sus aplicaciones: gin tonic, dry martini, negroni?
Vivimos una Edad Dorada. En la barra del bar se agolpan sublimes y novedosas marcas de ginebra -pero sobre todo diferentes- que imitan o perfeccionan la fórmula original. Que tampoco es original del todo, porque los británicos, a su vez, la copiaron de los holandeses, quienes a finales del siglo XVII dieron a luz una bebida, la genever, adecuada para tratar enfermedades de riñón. ¡Las excusas que busca la humanidad para echarse un trago!
De vuelta en la actualidad, otra de las novedades que apasiona a los ginebrófilos más refinados es Hendrick's Gin, de origen escocés y absolutamente original. Su botella oscura, como de farmacia antigua, incluye, además de todos los hierbajos y raíces de aquí y acullá habituales en el gin, dos ingredientes inusuales: una infusión de pétalos de rosas de Bulgaria, inapreciable, y otra de pepino holandés, y hay que reconocer que esta hortaliza aporta una frescura inédita. Hasta el punto de que los barman más experimentados se han confabulado para eliminar el limón del gin tonic de Hendrick's y suplantarlo por un bastoncillo de pepino.
Remuevo, pues, mi copa con un pepino, y continúo con las novedades. Otra que merece la pena probar es la Ten de Tanqueray. 170 años después de la fundación de esta legendaria destilería, se ha producido un líquido excelso, que se caracteriza por su corazón cítrico, debido a una selección de pomelos blancos, naranjas y limas, que se conjuntan en el alambique número 10. Tiene, además, cuatro destilaciones, que refinan su carácter, y un grado alcohólico considerable (47º), lo que aporta intensidad y persistencia de sabores.
Pero el gin no sólo habla inglés. Aparte de la folclórica versión nacional, la ginebra menorquina, viril y aromática, hay que dejar sitio en el podio para una francesa, la Citadelle. Procede de una destilería fundada en 1771, que hoy recupera la antigua fórmula de hasta 19 ingredientes (enebro francés, regaliz de China, almendras españolas?) e incluye cuatro destilaciones. Intensa y de nariz punzante, es la mejor de todas, según los expertos de la revista Wine Enthusiast. Aunque lo más recomendable es formarse una propia opinión. Las hay más adecuadas para el gin tonic (The London Gin) y otras que se pueden beber incluso sólo acompañadas con hielo, como la refinada Hendrick's.