La Reserva federal vuelve a descomponer a los bajistas
Es pronto para saber a priori si la Reserva Federal de Ben Bernanke se sacó otro bull rabitt de la chistera al estilo del que sacaba el pasado verano. Fue un discurso de la Fed el que puso entonces punto y final, con sus confiadas palabras en el futuro de la economía, al proceso de ajuste bajista que vivimos entre mayo y julio de 2006. Y fue de nuevo ésta quien convulsionó a los mercados esta semana. No fue la batería sin precedentes de datos que llegó desde el otro lado del Atlántico la que empezó a sacar de un largo letargo a los principales índices bursátiles, ni el PIB, ni el desempleo, ni los datos de precios y salarios, ni los resultados de Exxon, Ford, Amazon o Google..., nada de todo eso. Fue el todopoderoso banco central norteamericano el que pareció darle alas al mercado. Sobre todo, y aunque pueda parecerle curioso, al mercado europeo.
Hace semanas que vengo comentando que el mercado está en un movimiento consolidativo. Un movimiento con forma de triángulo en muchos índices, que es pauta propia de las continuidades de tendencia. Técnicamente no es tiempo de severas correcciones, aún hace demasiado poco que tuvimos el último amago bajista, y no hemos escalado suficiente desde el desenlace de un movimiento lateral/bajista como el que mantuvo el Standard & Poor´s 500 entre 2004 y la última parte de 2006 como para que la tendencia sea puesta en duda de un manera que pueda afectar seriamente a los inversores en tendencia.
La semana pasada, una tanto cansado ya de hablar del triángulo, sus vértices y aristas, hasta el punto de estar tentado de rescatar los viejos apuntes de trigonometría (¡No hay dolor! Como a buen seguro nos repetirá pronto el mítico Rocky Balboa), decidía, muy bien asesorado por mis compañeros de sección, echarle un vistazo al mercado desde dentro hacia fuera. Con ello llegaba a la misma concusión: el alza debería continuar porque se mire como se mire no hay a día de hoy por donde pillar a los índices para justificar un giro a la baja de sus tendencias. Así, haya o no corrección de corto plazo, ninguna parece que tenga que hacer llegar la sangre al río.
El mercado, apoyándose en diferentes datos macro, ha vivido unas últimas semanas de sensible alza de tipos de interés a largo plazo, encajando lentamente la revisión al alza del crecimiento económico y haciéndose a la idea de que se evaporaba la posibilidad de una próxima bajada de tasas por parte de la Reserva Federal. En otras palabras: adiós al tan cacareado aterrizaje suave (que por lo que dicen algunos es algo que jamás ha sucedido) para darle la bienvenida a un crecimiento moderado. Un crecimiento, además, sin grandes perspectivas inflacionistas según lo que comunicaba el pasado viernes al mercado la Fed. Y la respuesta del mercado, como no podía ser de otro modo en una tendencia alcista si el mensaje es el del país de las maravillas, fue un aplauso que llevó a índices como el Ibex35, el Eurostoxx50, o el Dax30 entre otros a romper al alza la lateralidad de los últimos tiempos. Y sin contemplaciones en la mayoría de los casos (aunque el Ibex, por una vez, fue excepción y no se mostró tan entusiasta como el resto).
Más crecimiento, menos inflación y un "permapausa" de la Fed (tipos de interés sin cambios durante mucho tiempo como los denominan con ironía los analistas de Wall Street), constituyen los ingredientes perfectos para que la renta variable se lo tome todo como una buena niña y sin demasiadas protestas (altibajos) en las próximas semanas. Es de hecho un panorama tan halagüeño que incluso podría venirle bien a una renta fija que, al menos en el caso de los tipos europeos a largo, juega con la línea que separa la tendencia bajista de medio plazo de la de medio/largo plazo. Ojo a los bonos que son la única cosa que podría sacar de su mundo de ensueño a las acciones en caso de una recaída.
Rotos los diferentes triángulos al alza, sólo nos quedaría tener un Dow Jones Industrial claramente por encima de los 12.700 puntos con el apoyo de un Dow Jones Transportes por encima de los tan técnicos como psicológicos 5.000, para que todo esté absolutamente del lado alcista. En estas condiciones completaríamos sin duda alguna un excelente primer trimestre, en el que muy probablemente el Ibex35 se movería por encima de los 15.000 puntos y el Eurostoxx50 podría acercarse a los 3.400. El toro sigue gobernando en el mercado de valores.