François Hollande no parece dispuesto a dar marcha atrás en el nuevo rumbo que ha dado a la economía francesa. Con cien días cumplidos al frente del cargo y recién regresado de vacaciones, el mandatario galo presentó su calendario de reformas para las próximas semanas.Si la austeridad no ha dejado de estar en el orden del día, las medidas anunciadas por el Ejecutivo galo en los últimos días apuntan hacia un tímido intento por estimular la economía. Unos planes que suponen un giro con respecto a las políticas de austeridad por las que aboga la canciller alemana, Angela Merkel. "El cambio está en marcha y no se va a detener. Vamos a salir adelante", insistió el primer ministro, Jean Marc Ayrault, al anunciar los próximos pasos de su gabinete. El primero, una reducción del impuesto sobre el combustible para limitar la subida en los precios por la escalada del barril de petróleo. El ejecutivo tiene previsto anunciar los detalles de la medida mañana, tras una reunión con representantes de petroleras, distribuidores y consumidores. Sin llegar a bloquear los precios, como lo había prometido Hollande durante la campaña, Ayrault prometió una "reducción unilateral", eso sí, "modesta y provisoria". La factura para el Estado puede alcanzar los 500 millones de euros por una reducción de 1 céntimo en el precio final que paga el consumidor. La decisión recibió críticas indirectas por parte de Berlín. "No es responsabilidad del Gobierno el bajar el precio del combustible", dijo el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert. La canciller alemana apuesta en cambio por una ley que refuerce la competencia para hacer bajar el precio de los carburantes. Mayores incentivos No es la única medida de incentivo que se dispone a aprobar el Gobierno de Hollande. El consejo de ministros de esta semana dará el visto bueno a la creación de 150.000 "contratos de futuro", puestos de trabajo destinados a jóvenes menores de 30 años que estarán subvencionados al 80 por ciento por el Estado. En materia de empleo, el Gobierno ya anunció antes de las vacaciones su intención de encarecer los costos de los despidos considerados "abusivos". Según anunció el primer ministro, el Parlamento adelantará su regreso de vacaciones a finales de septiembre para tratar el proyecto de ley en una sesión extraordinaria. Los parlamentarios franceses también analizarán un segundo texto que prevé la creación de 150.000 viviendas sociales gracias a la cesión gratuita de terrenos por parte del Estado. El Gobierno piensa financiar el proyecto en parte a través del aumento en el techo de la llamada "Libreta A", el tipo de cuenta de ahorro preferida por los franceses por estar exenta de impuestos y cuyos fondos son gestionados por la Caisse des Depots, un organismo público encargado de financiar la vivienda social. El límite máximo de lo que se puede depositar en dicha cuenta de ahorro pasará de los 15.000 a los 19.000 euros y el Gobierno prevé otro aumento del 25 por ciento antes de finales de año. La medida sin embargo no fue bien acogida por las entidades bancarias que temen que la "Libreta A" atraiga un flujo de capitales demasiado importante en detrimento de otros tipos de cuentas de ahorro, y que eso dificulte su capacidad de financiación ya de por sí frágil en plena crisis. Con esta batería de medidas, Hollande salió al paso de las críticas que lo acusaban de inmovilismo frente al fantasma de una recesión inminente. La siguiente dificultad será hallar los fondos para poder financiarlas. El Gobierno galo debe presentar sus presupuestos para el 2013 en apenas un mes y, según una auditoría del Tribunal de Cuentas, harán falta alrededor de 33.000 millones de euros en recortes o subidas de impuestos para cumplir con el compromiso de reducir el déficit al 3 por ciento. El contexto no acompaña, las previsiones de crecimiento apuntan a apena