Theresa Zabell, la patrona que manda
De niña tuvo un sueño... "Surcar los mares, dejarme llevar por el viento sobre el agua y en un futuro que muchos otros niños pudieran disfrutar de esas sensaciones haciendo deporte". A sus 42 años, Theresa Zabell, doble oro olímpico en vela, sonríe cuando repasa su trayectoria deportiva y profesional. Está satisfecha de las metas. conseguidas.
Después de dedicar más de 20 años de su vida a la vela de competición, ahora dirige la Fundación Ecomar con un presupuesto de 500.000 euros para dedicarlos a que los escolares españoles se acerquen a la simbiosis entre mar y deporte.
"El deporte ayuda a la persona a fijarse objetivos para alcanzar sus metas, progresar y trabajar en equipo con entereza personal", comenta a este diario. Zabell transmite todos estos valores a los futuros profesionales como profesora en la Escuela de Administración de Empresas (EAE) en Barcelona. Su empeño por unir deporte y empresa le ha llevado recientemente a ser nombrada vicepresidenta primera del Comité Olímpico Español (COE), la máxima recompensa para muchos deportistas de elite, que han recalado en esta entidad tras dejar paso a jóvenes promesas.
"Mis dos actividades actuales son la docencia y la fundación. Por mi estado físico podría volver a la competición, pero ser mujer y madre representa un reto difícil de compaginar con el deporte de elite", asegura. "Desde el día que dejé la vela siempre quise devolver a la sociedad lo que me había dado. Intenté hacerlo en mis cinco años en el Parlamento Europeo y desde mi Fundación, gracias a la cual, 12.000 niños han hecho deporte y han aprendido a cuidar el medio marino", comenta.
A Theresa Zabell, revolucionaria de su deporte como la calificó un periodista, también le preocupa la falta de referentes. Recuerda que en una encuesta de Adecco-Fundación Ecomar, realizada a 1.300 escolares de entre 6 y 17 años, el 31 por ciento de los niños quería trabajar en el deporte. "Y ni una sola chica quería, porque ven el deporte como algo masculino", destaca.
Zabell, sin embargo, piensa que las cosas están cambiando a mejor. Recuerda que en los años 60 y 70, cuando ella empezó a navegar, "no había vestuarios para chicas. Y tenía 15 años. Eso era un gran corte para una niña. Menos mal que eso pertenece al pasado". Todos los niños quieren ser Alonso, Nadal... y las niñas no tienen referentes, no te saben decir deportistas femeninas".
Y advierte: "Compaginar todo es difícil, y en las casas se prioriza el estudio. Tienes que tener mucha pasión por tu deporte. Con una medalla olímpica no te ganas la vida y puedes tener problemas si has desatendido los estudios. Los chicos piensan en lo bien que se pueden ganar la vida con el deporte. Y no hay chicas que lo hayan conseguido, salvo Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez".