¿Sabes para qué sirven las pequeñas tapas que llevan todos los coches en los paragolpes?

Tienen una utilidad muy importante que debes conocer aunque es mucho mejor que no tengas que utilizarla.

Hace más de medio siglo que los coches empezaron a utilizar paragolpes en material plástico con formas que seguían el diseño de la carrocería. Más estéticos, prácticos y resistentes a los pequeños golpes, también son más seguros para los peatones en caso de atropello. Pero estos paragolpes que envuelven una parte de la carrocería también cubren un elemento primordial y obligatorio en todos los coches, sean grandes, pequeños, de alta gama o de los más económicos.

Esas pequeñas tapas con formas de lo más variado, desde circulares hasta trapezoidales, siempre tienen la misma función. Debajo de ellas se oculta una rosca, realizada en un elemento estructural de gran resistencia del coche, donde debemos anclar la anilla de remolque (enroscándola). Esta anilla será imprescindible en caso de que nuestro coche averiado tenga que ser remolcado, subido a grúa de plataforma o arrastrado para poder sacarlo de un sitio donde se ha quedado atascado.

Una pieza oculta para mejorar la estética

Los coches siempre han llevado este gancho de remolque, antes una simple y poco estética anilla de metal pintada en el mismo color de la carrocería. Incluso después de que se empezaran a utilizar los paragolpes de material plástico, algunos modelos seguían montando estas anillas de metal ancladas directamente al chasis para ofrecer la máxima resistencia. Con un destornillador plano o cualquier pieza plana solo tendremos que levantar esa tapa y enroscar la anilla. Una vez realizada su función se puede volver a poner la tapa para ocultar el agujero de la rosca.

Es importante que no te confundas con las tapas de los lavafaros que llevan algunos modelos. La tapa para la anilla de remolque es solo una y está situada en un solo lado del frontal o la trasera del coche, puede ser el izquierdo o derecho indistintamente. Las tapas de los lavafaros son dos y aunque pueden estar muy cerca de la que esconde la rosca para la anilla de remolque no podemos confundirnos y "levantar" el lavafaros porque lo estropearemos.

También es conveniente que sepas dónde se encuentra la anilla de remolque de tu coche, porque será lo primero que te va a preguntar el operario de la grúa si tiene que moverlo o remolcarlo y tu coche no puede circular por sí solo. En el manual de instrucciones puedes encontrar esa información aunque normalmente suele estar en algún hueco bajo la moqueta o la bandeja del maletero pero cada fabricante la coloca en un sitio diferente.

Como curiosidad explicar que algunos coches de competición la llevan enroscada de forma permanente, pero en lugar de una anilla de metal llevan una tira de material textil de alta resistencia, siempre a la vista y en colores llamativos para que se pueda localizar rápidamente.