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La DGT revoluciona la AP-7 copiando el sistema de las Autobahn alemanas: velocidad variable, IA y carriles ampliados para transformar el tráfico

Tramo de la autopista AP-7 | Fuente: iStock


Cada año, la DGT estudia diversas iniciativas con un objetivo claro: reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. El foco está puesto en el exceso de velocidad, uno de los principales motivos de multa entre los conductores, con 5.202.185 sanciones registradas en 2023.

Otro de los principales problemas existentes en las autovías y autopistas nacionales son los colapsos. Entre estas vías, la AP-7 destaca por no tener capacidad suficiente para absorber a todo el tráfico en ciertos puntos de su recorrido.

Sin embargo, este problema, reconocido por el Gobierno de Cataluña, podría tener más pronto que tarde una solución que evite los colapsos en una de las autopistas más transitadas del país.

La revolución de la AP-7

Tal y como ha anunciado en una entrevista a EFE Ramon Lamiel, director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), el Gobierno de Cataluña no sólo instaurará la velocidad variable en un tramo de 150 kilómetros, sino que también usará la Inteligencia Artificial (IA) y estudiará la división de ciertos tramos con carriles específicos de salida más largos en las zonas más saturadas.

A pesar de que la AP-7, autopista troncal de Cataluña, tiene una capacidad máxima de 5.200 vehículos por hora, lo cierto es que en algunos tramos alcanza los 7.000 en momentos determinados.

El diagnóstico realizado por el mencionado SCT es que durante los fines de semana, la AP-7 no dispone de capacidad suficiente para hacer frente a todo el tráfico en ciertos puntos de su recorrido, especialmente en aquellas zonas donde se conecta con otras vías concurridas.

Hasta la fecha, la solución establecida ante estas situaciones eran los carriles adicionales. No obstante, los días laborables, Santa Perpetua de Mogoda y Barberà del Vallès, en lo que es el enlace con la C-58 en Barcelona, se convierte en el epicentro de los problemas, acumulándose más de 800 horas en retenciones.

La decisión de instaurar este tramo de 150 kilómetros de velocidad variable entre Maçanet de la Selva (Girona) y El Vendrell (Tarragona) tiene como objetivo principal escalonar la circulación, según Lamiel.

De esta manera, se instalarán una serie de paneles a lo largo de este recorrido, reforzándose con los nuevos carro-radares y los ya conocidos radares de tramo para regular la velocidad de los conductores en función de las condiciones meteorológicas y de la propia vía. En estos casos, se circulará más lento en aquellos tramos donde existe fluidez antes de llegar a las retención, evitando así tantos accidentes.

La previsión con la que trabajan en el SCT, tal y como afirma Lamiel, es que, cuando estos paneles se instalen, se podría reducir en hasta 60 km/h la velocidad en ciertas áreas claves.

Por su parte, la Inteligencia Artificial valorará, con la ayuda de algoritmos, qué tipo de vehículos y cuántos están circulando con el fin de determinar qué condiciones son las más convenientes para cada tramo.

Otra medida que estudiada por parte del SCT es la aplicación, en el tramo central más conflictivo de la AP-7, de un sistema que separe y ordene los flujos de tráfico con carriles de salida más largos.

Bajo esta medida, desde Santa Perpetua se podrían dividir los carriles de la autopista que hay hasta Barberà en dos bloque distintos. El primero de ellos, en los dos carriles de la izquierda, para los conductores que sigan por la autopista en dirección a Tarragona. Los segundos, por su parte, para los que vayan a salir por la C-58 hacia el Vallès.

Esta división sería de unos diez kilómetros, desde Santa Perpetua hasta Barberà, en un sistema que el SCT aún se encuentra afinando y que podría mantener un carril compartido, pero siempre manteniendo dos liberados para seguir por la autopista en dirección a Tarragona.